Surrealismo puro y duro: La Agencia de Protección de datos ha condenado a la cadena de supermercados Eroski con 150.000€ al considerarla responsable de la difusión del vídeo de Cristina Cifuentes, expresidenta de la Comunidad de Madrid, pillada por los servicios de seguridad de un centro comercial después de birlar dos botes de crema antiedad. Las imágenes, que fueron difundidas por OK Diario, el medio de Eduardo Inda, dieron la vuelta al mundo y aceleraron la caída de Cifuentes, acosada también por su famoso máster. La grabación nos mostraba a la política, en aquel momento número 2 del gobierno regional, vaciando su bolso delante del personal de orden del establecimiento, de dónde salieron los ya famosos envases. Inda fue el hombre más feliz del mundo, cargándose una figura política relevante gracias a la grabación, que vete a saber de dónde salió. Un año y medio después, Eduardo tendría razones para volver a celebrar la "exclusinda", sobre todo porque el que "ha pagado el pato" ha sido Eroski, mientras que él se va de "rositas". Pero no. Inda quiere ir más allá, y lo ha dejado claro en el programa de Ana Rosa Quintana, llamándole "hurtadora Cifuentes". Allí el surrealismo se ha elevado unos cuantos grados, con Quintana defendiendo encarnizada y ridículamente a Cifuentes.
Cualquier observador imparcial lo tendría claro: Las cremas no acabaron en el bolso de Cristina por casualidad. El 99'9% de los mortales tendríamos una sentencia clara: Eso es robar. Punto. Pero Ana Rosa, amiga y defensora de Cifuentes, tiene otro punto de vista. Escalofriante, por cierto: "Estaban en su bolso, ahora hay que decidir si fue un robo o una distracción". Claro, claro. Faltaría más. "Distracción". Precisamente, de distraer al personal cuando se habla de determinados delitos sabe un rato. Que le pregunten a la audiencia de Telecinco sobre la detención de su marido, Juan Muñoz, acusado de chantaje junto al comisario Villarejo, por aquello del "espionaje vaginal". Quintana intentó tapar el escándalo por todas las vías a su alcance, es decir, silenciando un caso que afectaba a su hogar. Y ha replicado la estrategia con Cifuentes, a pesar de que en este caso sí que ha hablado. Y quizás hubiera sido mejor callar. Porque lo que ha dicho para cerrar el tema ha sido de traca: "¿Nunca os ha pasado salir y que te pite el chisme?"
Si Ana Rosa quiere una respuesta, se la podemos dar: "El chisme pita" o bien cuand estás robando, o bien cuando has pagado el producto y los de la tienda han olvidado quitar el antirrobo. En este caso, hasta los niños de primaria saben cuál es la opción correcta. El resto, palique para conseguir distraer a los espectadores. Ahora bien, destacamos una última frase de Quintana, que estaba sembrada: "Lo único que quiero saber es quién tuvo en su cajón guardadas esas cintas durante ocho años". Pues muy fácil, le puedes preguntar a Inda. Apretarle, como la reina de las mañanas que es. Pero claro está, quizás no interesa poner a prueba al maestro de las cloacas. Vete a saber si acaba sacando alguna cinta más de la videoteca. Alguna mucho más comprometida, y que sea imposible de tapar.