Cuando el PP de Mariano Rajoy decidió ascender a la joven abogada afiliada al PP a la cúpula de Génova se dijo que era una "operación de estética" del partido para rejuvenecerse y cambiar caras por otros más jóvenes, como Pablo Casado o Javier Maroto. Andrea Levy se encuentra bajo la lupa por mujer, joven y pepera. Un cocktail que las malas lenguas no dejan de paladear. La última aparición de la vicesecretaria del PP en TVE con unos labios más carnosos ha disparado los comentarios sobre si se habría sometido a una intervención quirúrgica. Ella lo ha desmentido categóricamente a El Nacional

A sus 33 años no necesita pasar por el quirófano ni inyectarse en la cara ácido hialurónico o colágeno. Para despejar dudas, Levy niega a El Nacional que la imagen sea producto de una jeringa sino que se trata de un efecto óptico por el maquillaje que le aplicaron en Los desayunos de TVE. La diputada catalana es noticia también por su vida amorosa. En la capital no los acaba de caer bien y alguno de los cronistas más veteranos la tienen entre ceja y ceja. Es el caso de Jaime Peñafiel que esta semana le dedicaba un párrafo de los suyos: "La más frívola diputada del PP, quien ya leva cuatro amores en dos años: un guitarrista, un periodista, un diputado podemita y un cantante 'indie'. Y eso que la muchacha "no quiere que su vida personal interfiera en su carrera". El fuego amigo siempre es el más peligroso.

El cantautor de izquierdas al cual se refiere Peñafiel y que sería la pareja actual de Levy es Nacho Vegas. Entre sus ex estarían el periodista de El pais Manuel Jabois y el diputado de Podemos Miguel Vila. Vegas es asturiano y claramente de izquierdas, como demuestra en su twitter:

Levy tiene mucha carrera en el PP por delante. Llegó a sonar como ministra pero finalmente Dolors Montserrat, también soltera, fue la cuota catalana al gobierno Rajoy. Ser soltero tiene solución, a Rajoy lo hicieron candidato cuando lo casaron. Pero los retoques estéticos pueden dejarle marca.

Levy tiene que escoger: ¿quiere ser Esperanza Aguirre o Alícia Sánchez Camacho?