Hay personas que son un tesoro. Serios, rigurosos, profesionales, humanos. Gente que se hace querer por el qué y el cómo. Y uno de ellos es el abogado Andreu Van Den Eynde, defensor de Oriol Junqueras y Raül Romeva en el juicio al Procés. España ha castigado duramente a los líderes independentistas, pero no ha sido por la denodada labor del letrado, del que se ha sentido orgulloso todo un pueblo. Andreu se ha ganado el respeto y la estima de muchos ciudadanos de Catalunya, y sus manifestaciones públicas son tenidas en cuenta como opiniones bien fundamentadas, difíciles de rebatir por su contundencia y claridad diáfana. Lo ha vuelto a hacer, en este caso en torno a la Cumbre del Clima celebrada en Madrid, que se ha cerrado de forma decepcionante. Una decepción que, muy probablemente, es la que le ha llevado a compartir un juramento solemne en relación a la clase política y al futuro del planeta Tierra, así como el de las generaciones que están por llegar.

Cumbre Clima COP25 - EFE

Van Den Eynde, experto en leyes, sabe muy bien lo que significa la expresión legítima defensa, a la que apela bajo promesa para combatir la agresión de la especie humana (y la política) contra el único hábitat del ser humano, que insiste en agredirlo sin tomar medidas drásticas. "Juro no votar nunca más a quien no trabaje seriamente contra la emergencia climática", ha dicho, una de los compromisos más firmes que se han escuchado durante este días de la COP25, exceptuando voces como la de (la vilipendiada) Greta Thunberg o de los colectivos indígenas, que ven amenazada su supervivencia por los intereses de las oligarquías y los gobiernos negacionistas de la catástrofe climática. El juramento es valiente y lapidario, y desgraciadamente podría dejarle sin votar nunca más en unas elecciones, al menos mientras continúen los tics y las posturas cínicas con este gravísimo problema. La red le aplaude, a pesar del regusto a derrota que desprende.

Andreu Van Den Eynde TV3

Greta Thunberg Cimera Clima - EFE

Andreu Van Den Eynde: un hombre valiente, exigente y juicioso. Acompañarle siempre compensa, a pesar de las zancadillas y los obstáculos que nos encontraremos en el camino.