El merecidísimo homenaje a un genio de la televisión como es Àngel Casas por parte de TV3, la TV3 donde él hizo durante tantos años el maravilloso Àngel Casas Show, enamoró a la audiencia que siempre ha querido al presentador catalán e incluso, los más jóvenes que no lo conocían.
Resultado excelente el programa doble que se ha emitido este martes, con un apoteósico 20% de share para el reportaje del Sense ficció dedicado a él y 18,3% el programa especial presentado por Lídia Heredia después.
Fue un ejercicio de nostalgia bien hecho, elegante, emocionante y que contó con la presencia del mismo Casas en un plató de TV3 muchos años después. Quizás la salud del comunicador no es la misma, ha sufrido un infierno por una enfermedad durante el confinamiento. Sufrió una grave infección hospitalaria después de un trasplante de riñón y le han tenido que amputar las dos piernas. Pero su cabeza sigue conservando la misma lucidez o más que cuando hacía programa.
Ya hace 37 años de aquello, y Casas ha hablado de qué significó aquel programa al que fueron como entrevistados la creme de la creme. Y este miércoles quien ha ido de invitado ha sido él, en el plató del Tot es mou, para charlar con Helena Garcia Melero el día después de su noche mágica de homenaje. Hablando de los invitados, y de la química que siempre establecía con ellos, Casas ha revelado su secreto:
En el especial, Casas explicó cosas muy jugosas, como por ejemplo, que facilitó que un director de TV3 tuviera un affaire erótico-festivo con la actriz Sílvia Kristel, protagonista de Emmanuelle, que vino a Barcelona con ganas de jarana y se le insinuó. Casas tenía pareja y se salió por la tangente, pero hizo que invitada y director se conocieran y lo que pasó después en un hotel, ya es historia.
No fue el único directivo del que habló. Explicó anécdotas jugosas y cómo funcionaba la TV3 en mantillas cuando él empezó. El día después de desembuchar, ¿alguno de los aludidos lo ha llamado? Sólo uno, tal como le ha reconocido esta tarde a Melero:
Más serio fue cuando explicó en el especial un hecho que heló la sangre de los espectadores: "La TV no es cultura. La tele mata. Me acuerdo del primer hombre del tiempo de TV3, Antoni Castejón. Le escribían que adelgazara porque tapaba Tortosa con la barriga. Recuerdo un mediodía que salió por la puerta echando fuego por las muelas, con los ojos encendidos".
"Me dijo "Esta gente ha decidido cambiar y no quieren hacer la meteorología científica. Quieren hacer espectáculo con Alfred Rodríguez Picó. Eso no puede ser, hemos marcado una línea seria con eso...'. Por la tarde se murió de un infarto". Una desdichada muerte que Casas todavía recordaba con tristeza:
Una situación parecida, relacionada con una mala noticia en los pasillos de TV3, le provocaron a él un infarto. "Habían acordado que mi programa se acabaría en junio, cosa absolutamente injusta. Bajan unos minutos antes de empezar programa y me dicen que quieren hablar conmigo un momento. Y me dicen, ¿'sabes qué? Acabaremos por semana santa'. Y cuando te dicen eso, cuando tú estás pensando en el programa que está a punto de empezar, empiezas a pensar en los chicos que están aquí detrás, los que trabajan en el programa, que se quedarán sin trabajo... Y te mete un choque el corazón, sobre todo, a gente que está delicada".
Un comunicador excelso. Una mente privilegiada. Una persona entrañable. Una delicia volver a verlo en TV3 estos días.