Àngel Llàcer es, sin ningún tipo de duda, de los artistas catalanes más prolíficos y queridos de la televisión y los escenarios teatrales. Actúa y dirige espectáculos con mano maestra. Contar con él en una obra teatral es sinónimo de éxito. Por no hablar de su faceta como histriónico jurado de Tu cara me suena, donde es el alma de la fiesta.

@angelllacer_oficial

Llàcer es una de aquellas personas que viven su profesión al máximo. El talento se trabaja. Y él es un ejemplo. No para. Hace de todo. Trabaja y trabaja. Se centra en su trabajo y procura no desviarse con consideraciones sobre otras cuestiones paralelas: "Cada uno que encuentre la reivindicación que quiera. Yo no voy a reivindicar nada. Yo te voy a mostrar como soy. Tú si quieres sacar tus conclusiones, las sacas. Y si no te gusto, te das la vuelta y te vas". Es su declaración de intenciones en el diario El Mundo, hablando del mensaje de La jaula de las locas. Él habla mucho. Pero sobre los temas extraprofesionales, hablan sus trabajos. Llàcer, sin embargo, se moja más de lo habitual.

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Por ejemplo, revelando si invitaría a alguien como Santiago Abascal a ver una obra como la que representa ahora, dónde se habla mucho de los derechos del colectivo LGTBI:  "No sé si la entendería. La verdad es que la política no me interesa nada. Cuando ya has visto dos debates de políticos, no miras más porque siempre es lo mismo. Nunca resuelven nada ni llegan al fondo de la cuestión. Al final, han pervertido tanto su profesión que lo único que quieren es poder. Piensan en su carrera". 

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Llàcer, acostumbrado a puntuar haciendo de jurado, suspende a la clase política. No es la única mención que les dedica. Pregunta el diario: "¿Lo mejor para sobrevivir al conflicto catalán es hacerse el sueco?". Él lo tiene claro: "A veces, involucran a la gente de la calle y otras veces, no. Que cada uno piense lo que le de la gana. No pasa nada por ser españolista o independentista o elefantista".

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Llàcer no es sueco, es de Barcelona. Nunca ha expresado en voz alta sus sentimientos respecto a la independencia, pero tiene las cosas claras. ¿A qué responde todo eso?, se pregunta él mismo, "Igual es porque aún existe mucha gente que vivió la Guerra Civil. No está muy lejos. Aun está ese sentimiento de la gente que vivió la posguerra y el franquismo. Ha habido un dolor, una agresión y tú te defiendes". Y vuelve a sacar uno de sus caballos de batalla en esta cuestión: "Todo el mundo debería votar". También, faltaría más, los catalanes, como él. El Mundo insiste, pero se encuentra con un Llàcer rotundo: "¿En una consulta sobre la independencia"?. Respuesta: "Claro. Es como cuando tienes un dolor y quieres saber qué pasa. ¿Por qué ese miedo a saberlo? Hay mucha gente que es así y no va al médico porque no quiere saber que lo que tiene. Pues es lo mismo. No vamos a dejar votar a los catalanes para no saber qué está pasando. ¿Qué miedo hay? No lo entiendo". Ni él, ni millones de personas. "Miedo a que salga que sí", afirman al medio. "Debe ser ese miedo, claro".