Àngel Làcer es uno de los actores más populares de Catalunya, en el sentido literal. Dentro de una profesión con élites teatrales, estrellas y divos, Llàcer entró en todas las casas como un showman. Empezó haciendo teatro musical con la compañía El musical más pequeño con su inseparable Manu Guix y su separable Dani Anglès. Triunfó con El sueño de Mozart (su Papageno todavía suena en los rincones del TNC de Flotats). Aprendió bajo la presión de Mario Gas en The Full Monty, acompañó a Manu Guix a la grabación del primer Operación triunfo de TVE, el de Carlos Lozano, y les gustó tanto que se lo quedaron como profesor de interpretación. El Grupo Godó le dio su primer programa nocturno de TV como director, productor y presentador, City a cegues en la vieja City TV. Duró 3 meses hasta el Fin de año de 2005. Ha seguido haciendo tele con Gestmusic, todo tipo de programas, concursos, talent shows en Telecinco, Antena 3 y TV3, donde ha triunfado con Cómics o El llop. Ahora prepara un nuevo programa por hallar al catalán que mejor conoce Catalunya: Soc i seré. Y todo eso con solo 50 años. También ha tenido la muerte cerquísima. Durante un viaje a Vietnam sufrió una intoxicación tan grave que casi lo mata. Lo ha explicado en TV3, la tele, que lo paga y ahora en Antena 3, la otra tele que lo paga y donde volverá a la nueva edición de Tu cara me suena. Ha ido al programa que más insistió para saber cómo estaba de salud, Y ahora Sonsoles. Solo sentarse en la silla y volver a oír los aplausos del público, se ha roto, llorando desconsolado.
Àngel Llàcer: "Son lágrimas de felicidad, de ilusión. Nadie más que vosotros insistió tanto en preguntar cómo estaba. Ahora cojeo mucho, tengo la pierna muy mal pero he superado la parte que me impedía venir al programa. Lo pasado pisado. Me tuve que despedir de mi familia, fueron 4 operaciones y en una yo veía a todos con cara de preocupación. Pregunté qué me puede pasar y me dijeron 'Perder una pierna, morir o salir bien'. Yo quería saber todo y si hay estas opciones yo quiero decir adiós a mis padres. Lo peor para unos padres es perder a un hijo. Les decía yo soy mayor, 50 años y he vivido intensamente, he hecho la profesión que me gustaba, me moría pero que no era un chaval de 25, yo había vivido mucho, ellos tienen 70 y pocos y he vivido más que ellos. Yo lloraba como un desgraciado, pero tienes que sacar las cosas buenas: que la gente me quiere mucho. Yo pensaba que no, porque he trabajado mucho". Llora tanto durante la entrevista que se sorprende: "Estoy muy mayor".
La entrevista es íntima y sentimental todo el rato: "Recibía amor de los que conozco y los que no conozco. Soy muy buien amigo, muy generoso, les hago reir, a mis amigos les gusta ser mis amigos". Solo un momento está la duda concreta de que lo intoxicó en Vietnam para tener esta infección digestiva que casi lo mata: "Fueron unas anchoas marinadas o unos caracoles en Vietnam, no fue el agua, pero no lo sé. Yo no le hacía ningún asco a nada, comía bocadillos de la calle, y al cambiar de Vietnam a Tailandia estuve 3 días en cama con vómitos que me pincharon antibióticos. Me gravé comiendo mierdas, anchoas que mis amigos decían cómo te puedes comer eso". Qué secuelas tiene en la pierna, operada por cuatro lugares con unas cicatrices enormes: "Me cuesta subir escaleras, correr, no puedo hacer ejercicio. He convivido con la muerte. En la UCI me cuidaron brutal. Para mí la muerte fue como un mono en el hombro, como Amedio con Marco. Tuve una premonición. El lunes pienso Me voy a morir esta semana. Le dije a Enric (Cambray) Tengo que hacer testamento. Si me muero todo irá a mis padres y no lo hice. Cuando me operan se me pone la muerte en el hombro y me dice tranquilo vente conmigo que estarás bien. Yo pensaba que se vaya. Todos los casos como el mío han muerto. Mi suerte es que va al gemelo y no a un órgano vital". Ángel no tiene hijos y esta es la frase que les dijo a los padres cuándo creía que se moría. Es muy antinatural, que unos padres entierren un hijo y eso les dijo: "A mis amigos y familia en ese momento les digo que se quieran. Yo no estaré pero vosotros quereos".
Qué ha aprendido: "No habría cambiado nada de mi pasado. He aprendido a caminar, yo corría, devoraba la vida, ahora hablo con las personas que vienen por la calle. Antes somo me desplazaba rápido para ir a trabajar. Ahora aprender a caminar es una metáfora, te das el tiempo de hablar con una persona. No voy a contarlo en un libro, prefiero abrazar, compartir ratos". Como este en la TV con sus seguidores. 50 años de vida y haberse despedido de sus padres, el gesto más antinatural que hay. Ha madurado, es otro. Empiezan los otros 50 años de Llàcer. Bien vuelto a la vida.