"La segunda oleada empeora. El teletrabajo disminuye los contagios en el ámbito laboral, no en el deporte, la cultura o el ocio". Así de contundente se mostró Oriol Mitjà este miércoles por el riesgo de rebrote. Desde Twitter, Àngel Llàcer respondía en nombre de su gremio: "¿Dónde está el peligro en el teatro? Te agradecería una respuesta". Y ya la ha recibido. Ha sido en Planta baixa de TV3. Durante la entrevista al epidemiólogo, Ricard Ustrell ha hecho entrar en directo al actor por videoconferencia.
El doctor lamenta que se malinterpretó su mensaje: "Àngel Llàcer decía que se están haciendo las cosas bien, porque las personas que van al teatro llevan la mascarilla y salen en orden. Lo que digo es que sólo hace falta que una persona estornude para crear un cluster de contagio. Hace falta poner medidas suficientemente buenas para salvar la cultura y mantener el máximo de acontecimientos". Pero el artista no las tiene todas consigo. El próximo 22 de octubre reestrena en Barcelona La jaula de las locas y aclara que han previsto "todas las medidas" de seguridad. "Parece que estemos enfrentados Oriol y yo. No hay ninguna enemistad, al menos por mi parte", ha aclarado sobre el tirón de orejas de las últimas horas en redes sociales. Mitjà, conciliador: "Todo lo contrario, le tengo mucha admiración. Además tenemos algún amigo en común". Buenas palabras del científico previas a la embestida del intérprete: "Me quedo muerto cuando sale Oriol y dice que los teatros son súperpeligrosos. La gente viene con mascarilla y está controlada. Después se marchan. Pero si nos dice que eso no sirve de nada... Yo lo estoy dando todo para que la gente esté protegida. ¿Entonces qué tenemos que hacer, Oriol? Cuando tú dices alguna cosa, todo el sector teatral tiembla".
El asesor de la Generalitat durante la desescalada tranquiliza a Llàcer. "Lo estáis haciendo bien", le dice. "No confundamos una cosa con la otra. Sabemos que es una situación de riesgo, muchas personas juntas en un espacio cerrado. Si una fuera positiva, tendría gran posibilidad de infectar a muchos de golpe. Si después tuviéramos que hacer el rastreo, nos costaría mucho identificar a las 200 personas que estaban en el teatro en aquel momento". El artista se exclama: "Pero eso no ha pasado". Mitjà no lo tiene tan claro: "Es difícil de decir porque no hacemos encuestas epidemiológicas para saber dónde se ha infectado cada uno". Aunque apunta que, "muy probablemente", la mayoría de contagios ocurren en el entorno familiar: "No he sido yo quien os ha clasificado en las escalas internacionales como una actividad de riesgo. A los bares y restaurantes les ponen un 6 y a vosotros un 7, pero os podrían reclasificar a un 4". Al actor se le ilumina la cara: "Pues hagámoslo, Oriol". El experto reacciona sarcástico: "Mañana llamaré a la OMS y les diré que os tienen que reclasificar a la posición 4".
Mitjà pide más medidas y Llàcer toma la palabra: "Yo creo que estás pronunciando un discurso político. Voy al teatro como espectador y me siento seguro. Todos tenemos las PCR hechas, trabajamos con mascarilla... y la distancia con el público no la rompemos". Reivindica que ya hacen aquello de "distancia, manos y mascarilla", e invita al doctor a comprobarlo el día del estreno. "Si hay alta protección, quizás voy", responde. "Es una eminencia, tendría que venir". Mismas palabras para Ustrell.
Llàcer barre hacia casa antes de despedirse: "Yo entiendo que para ti estar vivo es respirar, pero para mí es sentir y emocionarse, y eso lo damos desde la cultura", le espeta. Cuando se queda solo con el presentador, Oriol Mitjà se defiende: "Intento explicar las cosas lo mejor que sé y no hacer crítica banal e innecesaria". El especialista, tajante una vez más. Pero el actor ya no estaba para escucharlo.