Quien escoge al alcalde de Barcelona en última instancia no son los votos de los ciudadanos sino el voto del Pleno del Ayuntamiento. La jugada de entregar el poder a la segunda lista más votada, los Comunes, es democrática pero después de la renuncia a gobernar de Colau la noche electoral, ahora opta a seguir mandando. Suena a conjura de los poderes fácticos catalanes unionistas contra el independentismo.

EFE

Los Grupos Godó y Planeta se han tirado en plancha a presionar en este sentido: Colau alcaldesa y Maragall a la oposición. Un tercer Grupo todavía poderoso, el Grupo Prisa, tiene catalanes líderes de opinión. Àngels Barceló se ha sumado a Évole, Amela, La Vanguardia y La Sexta a favor del complot Colau, alabando a Manuel Valls.

Dice Barceló:  "La jugada de Valls es inteligente (...) Obliga a Colau a dejar de ponerse de perfil con los independentistas y deja en evidencia a Albert Rivera por su tibieza con la ultraderecha de Vox. Golpe de efecto de Valls en Barcelona". En la Cadena SER, próxima a la izquierda, alaba más a Valls que a Colau, a quien sitúa como una Hamlet en pleno dilema: "Pone a la actual alcaldesa en un brete: inclinarse hacia el sector de su partido no independentista o convertirse en muleta del independentismo y colaborar a convertir Barcelona en la capital del procés, como ya ha dejado claro que va a hacer Maragall".

Barceló desde Madrid le marca el camino a Colau: alcaldesa o muleta (del maléfico independentismo, se entiende).