Ya hace mucho tiempo que Àngels Barceló no se esconde a la hora de hablar sobre Catalunya y más concretamente, sobre el independentismo. La periodista catalana, desde hace mucho tiempo en la Cadena SER, desbarra día sí día también cuando se pone estupenda y digna analizando qué pasa en Catalunya desde su punto de vista absolutamente enloquecido y abrazando el discurso anti-indepe de la caverna mediática madrileña. Y ahora, con una Diada de por medio, no ha perdido la oportunidad de volver a cargar las tintas. No hasta el punto de los delirios de la ultraderecha de querer cambiar de día la Diada, pero ahí es nada cómo se las gasta la locutora que hace tiempo que perdió el pulso real de qué pasa en Catalunya, ahora que vive en Madrid.
En la tertulia post Diada de Hoy por hoy uno de los tertulianos, Eduardo Madina, exdiputado socialista en el Congreso, habla del "'Aberri Eguna' ('El día de la patria vasca'), el día de todos los vascos. Nuestro ejemplo era la Diada, el día de todos. Ese era nuestro modelo, la Diada de los años 90, al principio del cambio de siglo, cómo convive Cataluña frente a cómo convive aquella Euskadi de sangre. Ese es un espejo que se nos ha roto en mil fragmentos y por nuestra parte ya no funciona". Y la Barceló se abona, tirando de nostalgia y dibujando una ciudadanía excluyente en Catalunya: "Sobre esto que decías que era el día de toda la sociedad catalana, déjame que te diga una cosa que quería decir a las 8 que después se me ha pasado, cómo nos han arrebatado a los catalanes un día que era de todos los catalanes. La celebración de la Diada, la manifestación de la Diada, era la manifestación de la exaltación del catalanismo, los que queríamos el reconocimiento de nuestra identidad, un hecho diferencial. Y cómo nos ha sido arrebatada. Yo fui con mi padre a la manifestación del 76 después de la muerte de Franco, y no tenía nada que ver. No lo digo con malestar, lo digo con profunda tristeza, cómo hemos sido expulsados y cómo se ha arrebatado algo que era de todos".
La red no ha tardado en recordarle que no todo vale cuando tienes un micrófono en frente, que hace falta ser más cuidadoso y no mentir descaradamente como lo ha hecho ella:
Lo más triste no es solo que lo diga, sino que se cree lo que dice.