A Àngels Barceló, locutora estrella de la SER, no le gusta un pelo la presencia de Pablo Iglesias en el Consejo de Ministros de Moncloa. Es así. La catalana se ha erigido en la voz más crítica de la radio pro gubernamental en contra de determinados elementos del propio ejecutivo. Una paradoja que ha provocado enfrentamientos públicos, como los calificativos del portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, hace unas semanas: "akelarre, cuñada".
Pues bien, la guerra fratricida en las ondas se ha reproducido con la entrevista al ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, en torno al anuncio del Ingreso Mínimo Vital derivado de la crisis por el coronavirus. Una medida que quema en la opinión pública, y que Barceló (en línea con otros sectores del socialismo, por no hablar de la derecha y la ultraderecha) atribuyen a las presiones de Iglesias, que lo ha anunciado sin tener cerrados los detalles e incluso, cogiendo al ministro responsable en fuera de juego. Escrivá ha intentado quitar hierro y negar desavenencias, pero la de la SER se ha comportado como un ariete: una gota malaya para arrancar una confesión de traidoría del vicepresidente de UP. De la medida en sí, poco o nada de interés, más bien un tono burlesco y de descrédito. Al menos así lo han sentido muchos oyentes, que se han enfurecido con la locutora. La crítica más punzante, quizás es esta: "La SER es la COPE"
Será que Carlos Herrera vuelve a acercarse peligrosamente al reinado del 'Hoy por Hoy' y Àngels tiene que engrosar la audiencia por la vía rápida. El caso es que la guerra interna coge impulso. Y el escenario de batalla es la radio.