Son mujeres, catalanas y LGTBI. Anna Castillo y Dulceida, dos referentes en sus ámbitos. La primera, una actriz de éxito que con sólo 25 años ya ha conseguido un Goya y un Gaudí. La segunda, la influencer más seguida en nuestro país, arrasa en todo el Estado. Pero a pesar de ser mujeres exitosas, las dos ven cómo el crecimiento de la extrema derecha hace peligrar sus derechos (y los de tantas otras personas).
Falta una semana para al inicio de la campaña electoral del 28-A y ya hay fragmentos del programa de Vox corriendo por la red. "El aborto nos repugna", dicen. Tampoco quieren que las personas del mismo sexo puedan casarse o tener hijos. Y proponen medidas al más puro estilo Donald Trump: un muro en Ceuta y Melilla "que deberá pagar Marruecos". La extrema derecha está desatada y tiene en su punto de mira a cualquier persona que se salga de los esquemas de Santiago Abascal. Pero Anna Castillo y Dulceida no piensan callar y estallan contra los ultras: "Me muero de asco y de miedo. Si estáis en contra de todo esto, por favor, votad". Las populares influencers entran dentro del patrón que no gusta a Vox, que no saben si empezar a perseguirlas porque son mujeres, porque sus parejas también lo son o porque nacieron en Barcelona.
Se da el caso de que, hoy mismo, Anna Castillo ha sufrido el ataque homófobo de otra extremista en la red: "Qué asusto. España llena de lesbis y maricas", rebuzna ignorante.
Los pantallazos de las historias de Instagram de Anna Castillo y Dulceida contra Vox las ha hecho el Diario de Mallorca, que también se ha apresurado en registrar los posicionamientos antiultras de otros influencers como los Javis o la actriz Andrea Ros.
Los iconos millennials se movilizan contra la extrema derecha. Están en riesgo los derechos de todos.