Anna Lewandowska es una gran taewkondista, una gran influencer, una gran esposa, una gran madre, una gran persona en definitiva. También una maravillosa gimnasta, y es que ella tiene una cita cada día con su gimnasio de confianza. Instalada junto a su marido Robert Lewandowski en las inmediaciones de Gavamar, cuando no está comiendo en lujosos restaurantes o visitando el templo del Spotify Camp Nou, ella está o bien haciendo dieta o en el gym. Allí hace squads, bíceps, tríceps, hombro, pectoral... y sí, también abdominales.
Qué manía tienen algunos y algunas en decir que solo los hombres pueden lucir su six pack. Es maravilloso mostrarlo, algunos dicen que allí se puede rallar el queso o fregar la ropa y eso es un piropo para cualquiera. Ahora, cada vez estamos viendo más influencers que lucen tableta de chocolate. No solo es el caso de Paula Badosa, que acude y mucho a entrenar junto a su hermosísimo novio Juan Betancourt, sino que también es el caso de Lewandowska. Anna encandila a todos sus seguidores marcándosela en el gimnasio: hace abdominales de todo tipo. Crunch, hipopresivos, isométricos, plancha... Brutal.
Clases grupales
Es increíble la traza que tiene esta mujer en lo que a lo físico se refiera. Más allá de destacar en el gimnasio cuando acude sola o con amigas a entrenar y ponerse fit, Anna tiene también tiempo para, cuando sale, dar clases a infinidad de alumnos. Lo demostró el otro día en un eventazo en el Atlas Arena. Nos encantaría decir qué expresaba en su pie de foto en Instagram, pero en EN Blau no disponemos de traductores de polaco. Lo que sí que se puede apreciar en las instantáneas es que la pareja de Robert Lewandowski reventó el pabellón en donde dio la clase de gym, por lo que parece de la modalidad body combat. En las imágenes se pueden ver cerca de 1.000 clientes siguiendo sus instrucciones. Es una influencer de las de verdad: de las que influencia, valga la redundancia. Súbanse a la Lewandowsketa.
Robert Lewandowski, catalanazo
RL9 no pierde el tiempo. No solo marca goles a cascoporro en casi todos los partidos del Barça, sino que está disfrutando de lo más lindo de Catalunya. Desde su llegada a nuestra tierra, Robert y Anna han visitado ya varios enclaves idílicos de las costas catalanas. No solo se pasean en bicicleta eléctrica por el paseo de Castelldefels, sino que también visitan pueblos cercanos. Su último viajecito express ha sido a Garraf, un pequeñito pueblo situado en el municipio de Sitges, que tiene muchísimo encanto. No es tan bonito como L'Ametlla de Merola (donde ayer Quim Masferrer emitió 'El Foraster'), pero brilla solo con su presencia. En este fotón podemos ver al pichichi de La Liga guapísimo y sumamente elegante con el restaurante 'El Chiringuito del Garraf' de fondo. Maravilloso, a ver cuando acude ahora al 'Chiringuito de Jugones'.