En la historia del F.C.Barcelona hay una enorme lista de fichajes que pasaron de grandes esperanzas a bluffs. En la cúspide, buena parte de los fichajes de la era Bartomeu. Philippe Coutinho, el number one. El number two, Antoine Griezmann. El pastizal que pagó el club por estas dos incorporaciones, así como sus fichas, explican en buena medida el infierno económico heredado por Joan Laporta, que se los ha sacado de encima como buenamente ha podido. El brasileño nunca se adaptó al club y su paso ha sido agónico, triste y decepcionante. En cuanto al francés, la cosa es más complicada de evaluar, aunque el resultado tampoco fue el esperado. Como eso del meme "cuando lo pides por Internet y lo que te llega por Aliexpress", aunque Antoine todavía dejó algunas acciones muy memorables en Can Barça, aparte de un espíritu de lucha fuera de dudas. Pero le salía carísimo al Barça, era insostenible.

Griezmann salió de mala manera: acabó volviendo cedido al Atlético de Madrid, una operación no exenta de polémica. Eran dos años de contrato con los de Simeone con una opción de compra final de 40 millones si llegfaba a un número de partidos determinado. Durante el primer año jugó mucho, con normalidad. En la segunda, sin embargo, los colchoneros jugaban al gato y el ratón: lo ponían menos de 45 minutos para que los partidos no contabilizaran en las cláusulas del contrato, y no haber así de pagar por el francés. Finalmente los culés cedieron por la mitad y todos contentos. Sobre todo el delantero, que recuperaba las titularidades. No tanto el buen juego y los goles, eso se ha hecho esperar. Casi hasta este fin de semana en la goleada contra el Sevilla, anotando dos goles y siendo felicitado efusivamente por el técnico argentino. Griezmann vuelve a sonreír sobre el césped del Metropolitano. Felicidades.

Philippe Coutinho y Antoine Griezmann en el Barça / EFE
Simeone besa a Griezmann / Twitter

Griezmann vuelve a marcar goles sobre el césped mientras triunfa en el hipódromo

Sentirse un futbolista en racha era una urgencia para Griezmann, aunque en todo este periplo vital no ha dejado de triunfar sobre una superficie de hierba, en los hipódromos: es una apasionado por las carreras de caballos, tiene una cuadra especializada y un olfato de categoría. Está ganando una fortuna, aunque las cuentas corrientes de Antoine vayan sobradas. Pero a nadie le amargan unos centenares de miles de euros más, como los que está consiguiendo estas últimas semanas con Hooking. Es su caballo favorito y lleva el nombre de su perro: lo compró cuando era un potro por 97.000 euros, como leemos en Vanitatis. Griezmann tiene un ojo bien trabajado en este campo del turf gracias a su padre Alain. La cuadra se ubica en su Mâcon natal, y de momento Hooking está arrasando: 4 victorias consecutivas en las 4 últimas pruebas, 9 en total en la temporada. Más 200.000€ de premios. Y los que quedan. Mucha pasta.

Antoine Griezmann en el Atlético de Madrid / Europa Press

Hooking, el caballo que está haciendo ganar una fortuna al exdelantero del F.C.Barcelona

El pura sangre tiene 7 años y su especialidad es el sprint, donde Griezmann no destaca especialmente. Igual por eso todavía lo admira más. Mira que ha tenido diferentes ejemplares a lo largo de su vida, obteniendo siempre éxitos y victorias: Tornibush, Princesa (por su hija Mia), Txope (por su mujer Erika Choperena),Kizmambo, Delida o Loquito... Cada año busca, compra y vende ejemplares. Pero con Hooking la cosa es más especial. La explosión de triunfos sobre los céspedes está haciendo muy feliz a la familia del delantero: al margen del fútbol, poder disfrutar de los caballos y del aire libre es un lujo que comparten todos juntos, el matrimonio y los tres hijos. Este es un premio mayor que el dinero y los títulos, aunque todo ayuda.

Erika Choperena y Antoine Griezmann / Instagram
Hooking, el caballo de Antoine Griezmann que arrasa en el hipódromo / Instagram

¿La película favorita de los Griezmann Choperena? "Espledor en la hierba". Seguro que sí.