La presencia del Oriol Junqueras en el debate electoral de TV3 sigue pendiente de una nueva resolución de la Junta Electoral Central, a raíz de los impedimentos que Instituciones Penitenciarias (y concretamente, la prisión madrileña de Soto del Real) está poniendo para obstaculizar la participación del preso político y candidato de Esquerra en las europeas del 26-M. El centro asegura que "resultaría gravemente perturbador, y requeriría una importante modificación de las normas internas, su participación en el debate", al considerar que el horario de la cita en la cadena pública (22:00 h) no se adapta al ritmo habitual de la prisión y de los internos. Excusas que han dejado "patidifuso" al periodista y politólogo Antón Losada, alucinado con la injerencia arbitraria de un nuevo elemento del Estado, en este caso la Dirección de Prisiones. "Es de aurora boreal", clamaba en El Món a Rac1.

Puede escuchar las reflexiones de Losada a partir del minuto 15:

Losada no daba crédito ante el enésimo intento de sacar del tablero político a los candidatos en prisión preventiva (y, como consecuencia, también a los exiliados como Carles Puigdemont o Toni Comín), en este caso por parte de un nuevo jugador, Instituciones Penitenciarias. El gallego señalaba directamente a los responsables de la medida: El Gobierno del Estado y particularmente, su presidente, Pedro Sánchez, a quienes advertía de que no sólo están vulnerando los derechos de unos candidatos autorizados por la Junta Electoral provincial, sino que dejan en desventaja los ciudadanos que no pueden ver a sus representantes en el debate televisivo. La peregrina excusa de Soto del Real tiene, para Losada, una fácil solución, que seguro que los funcionarios del centro agradecen: "Que hagan horas extras, es un complemento salarial que a todos nos va bien"

El Progreso de Lugo

Antón ha ido más lejos, cuestionándose incluso la legalidad del veto a la participación de Junqueras. "No creo que ningún juez acepte estas excusas" que laminan las ya dañadas oportunidades de los presos políticos y exiliados para expresar sus posiciones en un debate. Si no fuera así, se produciría un fenómeno casi psicotrópico: El de ver la aurora boreal desde cualquier punto del Estado español.