"¿Oyen eso? Es el silencio". El silencio de las caceroladas fachas en Madrid y otros puntos del estado. La frase ridícula de Albert Rivera en campaña electoral sirve para describir la repentina desaparición de la revuelta ciudadana de los seguidores de VOX y las facciones más radicales de PP y Cs. La caravana de coches de Abascal, Espinosa y compañía, celebrada como "la Copa del Mundo de fútbol", ha sido el colofón a una semana de crispación en las calles. Ahora dejan los 'pollos' para el Congreso y las redes. Pero, ¿qué hay detrás de este milagro?
Si el universo ultra fuera normal, se podría pensar que han sufrido un ramalazo de lucidez. Estos shows en plena pandemia no parecen demasiado responsables. Pero que nadie se haga ilusiones: sensatez y VOX es la definición perfecta de oxímoron. Hay que buscar otros motivos, y se aceptan sugerencias. La del profesor y periodista Antón Losada parece acertada: Madrid ha podido abrir las terrazas por la fase 1 de la desescalada. Han cambiado las cazuelas por vasos llenos y platos de tapas. La red se troncha.
Oye. Una cosa. Qué fue de las manis de los Cayetanos? Se acabaron porque ya se pueden tomar gin tonics en las terrazas de Madrid?
— Antón Losada (@antonlosada) 28 de mayo de 2020
En mi juventud se recelaba del que tomaba Larios por presunto G.C , la plebe tomábamos M.G
— Arraskatabalari (@alonsokoetxea) 28 de mayo de 2020
— moncho garcía (@moncho__1) 28 de mayo de 2020
Los de Moratalaz deben necesitar un incentivo a la altura, como barra libre, porque nos siguen martirizando las noches. Eso sí, las fuerzas han mermado.
— LeiaS (@MissGh4ever) 28 de mayo de 2020
Ya en un acto "simpático" han cortado la cinta de salida
— psicogeniales (@psicogeniales) 28 de mayo de 2020
Tienen tendinitis de darle a la cazuela por primera vez en su vida
— MTG LaCabala (@mtglacabala) 28 de mayo de 2020
Y porque están muy ocupados quejándose de lo que les ha dicho hoy el vice.
— Carla Moriana (@CarlaMoriana) 28 de mayo de 2020
La música calma a las fieras, reza el dicho. En el trifachito, las cañas. Por eso tanta pompa de Begoña Villacís.