Antonia Dell'Atte tiene 61 años y una energía arrebatadora. La modelo internacional y exmujer de Alessandro Lequio es de origen italiano, pero lleva muchos años viviendo en Barcelona, en el Eixample Derecho. En el barrio la conoce todo el mundo, y no sólo para ser famosa: se hace estimar por sus vecinos, por los peatones, por los turistas e incluso por los trabajadores municipales. Tiene un carácter divertido y volcánico; unos rasgos que, al margen de su imagen exterior, la convierten en inconfundible.

Cada vez que sale de su casa deja su sello personal. Por ejemplo, en la escena que protagonizó durante el confinamiento más duro por el coronavirus, disfrazada con una máscara de superheroína yendo a comprar el pan. O más recientemente, el pasado 31 de diciembre, cuando tres fans la sorprendieron en plena vía pública y le organizaron una fiesta improvisada a la que ella, con su talante habitual, no dudó en añadirse. Tiene mucha marcha y pocas manías para hacer el indio y pasárselo muy bien.

Antonia Dell'Atte / GTRES

Antonia Dell'Atte de fiesta de Fin de Año en las calles de Barcelona / Instagram

Este fin de semana ha vuelto a convertirse en todo un reclamo público mientras paseaba por el Paseo de Gràcia. Vestida de forma muy poco discreta, no ha desperdiciado la oportunidad para dejar patente su forma de entender la vida: fiesta y jolgorio. La persona que la acompañaba durante el paseo le ha propuesto un reto que ha aceptado sin pensárselo dos veces: coger la escoba de los operarios municipales que trabajaban en la zona y ponerse a limpiar la vía pública. Una brigadista de lujo para Ada Colau, siempre necesitada de ayuda para mantener la ciudad presentable, cosa que, como saben los barceloneses y barcelonesas, es algo que pasa muy de vez en cuando. Con la herramienta en las manos, Antonia ha empezado su show.

Antonia Dell'Atte barriendo el Paseo de Gràcia / Instagram

Dell'Atte ha dejado el suelo más limpio que una patena con su energía, mientras no dejaba de hacer bromas con todo aquel que se le acercaba. "Barcelona es bona si la bossa soena", repetía divertida. Poco después se cansó de barrer y encontró otra utilidad a su juguete: montar sobre el palo convertida en una bruja. No de las malas, claro, porque ella es de las que hacen partirse de risa. Los fans se le acercaban e interactuaban con la performer, totalmente metida en su papel. Incluso una trabajadora municipal ha alucinado con la escena y no ha osado reclamarle el utensilio y estropear el espectáculo. "Soy muy limpia", gritaba frente a las tiendas de lujo del Paseo. Genio y figura.

Antonia Dell'Atte haciendo de bruja en el Paseo de Gràcia / Instagram

Medalla de oro de la ciudad a Antonia, pero ya. Señora alcaldesa, tome nota: los VIPS podrían ser la solución a la dejadez general.