Antonia Dell'Atte ha explotado. Desde hace semanas la modelo italiana es una olla a presión. El documental de Rocío Carrasco la ha removido y se ha visto reflejada en las palabras de Rociíto contra su exmarido Antonio David. Ella conoce bien el maltrato. También el descrédito de la sociedad, buena parte de la cual todavía pone en duda que sufriera violencia de género por parte de Alessandro Lequio. Su caso se remonta a 1991, cuando el concepto de maltrato físico y psíquico ni siquiera se recogía en juzgados y comisarías: se hablaba de agresión, y nada más. Lo denunció a la policía, y posteriormente de manera pública en revistas y publicaciones. Lequio contraatacó con una querella por difamación, pero la italiana aportó pruebas, como cartas manuscritas del aristócrata admitiendo los hechos y pidiéndole perdón. El hombre perdió el caso, y aunque no hubo condena, se reconocía que Dell'Atte decía la verdad. Por lo tanto, al colaborador de Ana Rosa la había maltratado. Y punto. La italiana residente en Barcelona quiere que se sepa toda la verdad, por dura que sea. Para él, desenmascarado una vez más, y para ella, al tener que recordar aquel infierno. Un infierno que explica en exclusiva en 'Lecturas' y que es profundo y horrible.
La entrevista deja titulares escalofriantes y que no sólo la involucran a ella: también a Clemente, el hijo que tienen en común y con el que Lequio estuvo años sin hablar por la pésima relación entre ambos y Ana Obregón. Las madres firmaron la paz y el joven recuperó la relación con Alessandro, así como con el desaparecido Álex Lequio Obregón. Dell'Atte: "Alessandro me pegó embarazada. Y tengo pruebas de cómo pegaba a mi hijo cuando lo dejaba en casa". Brutal. Da algunos detalles más del comportamiento machista y controlador del exmarido en su día a día: "Me aisló de todo. Mis amigas decían 'ahora que es condesa no saluda'. Lo tenía prohibido". También explica por qué ha vuelto a la lucha para explicar la verdad y, por ejemplo, ha demandado a Ana Obregón por calumniarla por asegurar que había falseado documentos jurídicos para hacer mal a su expareja: "no tengo odio, ni rencor. Tengo sed de justicia". La imagen de Lequio queda destruida. Y tiembla la de aquellos que le dan apoyo, voz y trabajo.
Si Telecinco fuera coherente, Lequio tendría que salir hoy mismo por la misma puerta que utilizó Antonio David Flores la última vez que pisó la tele. Pero la coherencia no es su gran virtud, ni mucho menos.