Cayetana Álvarez de Toledo ha vuelto a la arena tuitera después de una semanas de misteriosa parquedad. Y lo ha hecho por la puerta grande, rabiando contra el PSOE de Navarra por haber pactado la presidencia del Parlamento foral con los nacionalistas vascos. Ultraje, cómo sí no. La marquesa popular se ha puesto la toga de su admirado Marchena (o de su socio Ortega Smith) y ha sentenciado a los socialistas a la más dura condena del unionismo: Son los enemigos de España, "el principal problema" del Estado. La música y la letra nos suena de otras (incontables) ocasiones, en las que ha acusado exactamente de lo mismo a todo un pueblo, un país y una opción política. Seguro que saben de quién hablamos. Bien, por si acaso, Antonio Baños ha estado genial indicándonos la respuesta.
Sí, Cayetana. "¿Y nosotros?" La polpular se ha olvidado de Catalunya, de la misma forma que Catalunya se olvidó de ella en las Generales. Al menos, se olvidó de votar a su partido, consiguiendo sólo un representante en Las Cortes de Madrid. Ella. Un porrazo de los que hacen historia, y que explica el repentino cambio de enemigo de la amiga de Federico Jiménez Losantos, rompiendo el corazón del independentismo, de los "lazis", de los sediciosos. Nos deja huérfanos, solitos, sin nadie que nos recuerde que somos una "sociedad xenófoba que sufre un virus" cada quince minutos. Ahora tiene nuevas relaciones, ha conocido gente nueva que deja a los indepes como "hermanitas de la caridad".
La futura portavoz de los diputados catalanes del PP en el Congreso ha recibido de lo lindo en su vuelta a la trinchera españolista. Corrección: Portavoz de la diputada "catalana", es decir, de ella misma. Las tortas le han caído por todos lados.
El amor es como el odio: Muy volátil. Se tiene que aprovechar al máximo cuando pasa por delante. Quizás después es demasiado tarde para recuperar aquello que te hacía sentir... vivo.