Antonio David Flores, más conocido como a "Antoniodá" o "el Guardia Civil que se quedaba con multas de tráfico", ha vuelto a la primera línea mediática. Tiene una silla asegurada en T5, especialmente gracias al conflicto entre su ex, Rociíto Carrasco, y su hija, Rocío Flores. La hija y la nieta de Rocío Jurado no se hablan desde hace años, después de que Carrasco denunciara a la niña por agresión. El culebrón es uno de los temas estrella de la temporada y Antonio David se está pegando un hartón de ir a platós, facturar y pelearse contra todos. La vida le volvía a sonreír exprimiendo sus dramas familiares. Pero la alegría le ha durado poco.
Por una parte, Rociíto le ha vuelto a demandar por cuestionarla como madre, exigiéndole 120.000€. Los juzgados no son precisamente su terreno favorito, ya que una demanda de 6 millones de euros contra su exsuegra le ha costado años de sufrimientos. Las televisiones las domina un poco más, pero se le ha girado la tortilla. Sálvame ha rescatado al testimonio de una mujer que asegura que se enredó con el colaborador ahora hace 10 años, ya casado con Olga, su pareja. La mujer responde al nombre de Isabel, participó en un reality muy cutre con Álvaro Múñoz Escassi y, según ha explicado, han mantenido relaciones intermitentes. Presenta pruebas, como un vídeo confuso en lo que, supuestamente, le está dando un morreo en público. Flores lo niega todo, claro, pero está nervioso. Y T5 ha olido sangre, invitando por segundo día a la señora para hacerse un 'polígrafo' y destapar la peor cara de Antonio David: la hermana de la amante denuncia que han recibido amenazas, "como hablase, le mandaba unos rumanos".
De 'padre coraje' a mafioso e infiel. Si no vigilas tu espalda, en T5 te la cosen a puñales.