La última entrevista de Antonio García Ferreras a José Manuel García Margallo está en boca de todo el mundo. Por dos motivos. El primero, por el error lingüístico del ex ministro y candidato fallido a liderar el PP después del adiós a Rajoy. "Estoy muy agradecido por cómo han cubrido la campaña. La han cubrido con una enorme objetividad e imparcialidad, que es lo que caracteriza a una buena cadena de televisión". Cubrido por cubierto. Un error que ha servido para hacer sangre ante alguien que sorprende que hubiera utilizado este término equivocado:
Cubrido o cubierto, Margallo elogiaba la manera como Al rojo vivo había informado del proceso de las primarias de su partido. Pero segundos después, se reía del muerto y de quien lo vela del mismo presentador y del programa al que segundos antes le había tirado piropos. Ferreras, para sacarse del encima el sanbenito que son la televisión que mueve los hilos de Soraya Sáenz de Santamaría, "su candidata", reproducía unas palabras de la ex vicepresidenta del gobierno negando rotundamente que hubiera interferido en la línea editorial de ningún medio de comunicación, ellos incluidos. El ex ministro, al oírlo, asegura con ironía que "Que la vicepresidenta no ha influido en los medios de comunicación, me parece, para decirlo suavemente y aplicando Corintios 13, hacer serias economías con la verdad, ¿eh?", preguntant-li a Ferreras si "ha sentit a parlar de María Pico", l'assessora i directora de gabinet de Soraya. El presentador respon "ya sabe que nosotros no nos dejamos". Entonces, Margallo no se corta un pelo y empieza a reír, de manera incontrolada como si no hubiera un mañana:
El momento ha servido para que los detractores tanto del presentador de La Sexta como de Soraya afilen la bilis y aprovechen para matar dos pájaros de un tiro.
Margallo se parte el pecho de risa, los detractores de Ferreras también. La que reirá será Soraya como se imponga finalmente a Casado.