Cada vez lo tenemos más claro: Antonio García Ferreras reside en las instalaciones de La Sexta. El periodista favorito de Florentino Pérez es omnipresente, especialmente cuando encuentra un tema goloso para exprimirle todo el jugo posible, puede hacer de la hermana pequeña de Atresmedia 'Teleferreras'. Pueden ser unas elecciones, quizás un tema relacionado con Catalunya o, desde hace poco más de una semana, la erupción del volcán en la isla de La Palma. La lava que brota de la tierra canaria es su maná y le dedica todos sus esfuerzos, recursos y plegarias. Estas últimas para obtener más réditos, es decir: más erupciones, más humo y cenizas, más fuego, más destrucción. Más periodismo, ¿verdad? Por algo su espacio se llama 'Al Rojo Vivo'.
Hace un par de días estuvo a punto de ver cómo su castillo de naipes se hundía: la actividad se detenía. Uy, ay. Falsa alarma. La montaña sólo se tomaba un respiro para coger más fuerza y acabar de cumplir su sueño más húmedo: que el torrente infernal llegara al océano Atlántico y empezara un nuevo acto del espectáculo televisivo. Durante la jornada de ayer ya se sabía que era inminente. Y Antonio estaba en guardia, recluido en un despacho donde, seguramente, guarda un kit de supervivencia para volver a plató en cualquier momento. Y el momento llegó a las 12:00 de la noche cuando la lava caía al mar. Emisión especial y 'a por ellos'.
La cadena detenía su programación habitual para emitir las primeras imágenes, nocturnas evidentemente, de la caída del material volcánico al agua. Tampoco es que en la parrilla tuvieran opciones mejores, pero parece excesivo dedicar todo un programa dedicado a la cuestión teniendo en cuenta que disfruta de 3 horas cada mañana de púlpito informativo. Daba igual, Ferreras manda y mucho. Y como diría Rosa Benito, "es mi momento". O la Pantoja con aquello de 'los focos a mi persona'.
Lo que pasa es que al aparecer en pantalla eclipsó el rojo intenso del fuego con su aspecto. Porque claro, el hombre nos tiene acostumbrados (o adiestrados) a verlo con su clásica americana negra, y que salga con una pieza que el 99% de la humanidad identifica como un pijama, pues impacta. Es así. La estampa del comunicador en este nuevo maratón hizo las delicias de los internautas y espectadores. Todos coincidían en que se había convertido en el hazmerreír de la noche.
Afortunadamente el volcán hizo de las suyas a las 12 y no a las 4 de la madrugada. Porque si la colada hubiera entrado en el mar en horario de afterhours, quizás lo veíamos con un gorro de aquellos con borla, las zapatillas de felpa y la bolsa de agua caliente. Es lo que tiene vivir en la tele. Cosas de Antonio.