En El programa de Ana Rosa han dado vueltas y más vueltas en torno a una cuestión. Los riesgos de ejercer como periodista estos días en Catalunya. A Quintana y compañía les gusta mucho insistir en situar Catalunya como una zona de guerra en la que los profesionales de la comunicación tienen que ir con casco y a los que se señala impunemente. También han dedicado bastantes palabras a condenar los carteles anónimos poniendo en la diana a una serie de periodistas no independentistas. Curioso, sin embargo, que no comentaran lo que ha hecho el dedo acusador de El español tildando de bufones a seis periodistas que trabajan o colaboran en TV3, entre ellos el director Vicent Sanchis, Pilar Rahola o Toni Soler.
Pero de lo que se trataba era de atizar a Catalunya, territorio sin ley donde es imposible trabajar como periodista, según ellos. Lecciones de tolerancia y de pluralidad por parte de un programa tan sesgado como el de Ana Rosa. Lo que faltaba para el duro. Para abrir los ojos de cuáles son los pilares del periodismo, el oráculo de la sabiduría, un Eduardo Inda que defendía que la violencia que se ejerce en Catalunya contra los periodistas unionistas no tiene parangón. En la mesa también está Antonio Maestre, que asegura que él también tiene problemas con la ultraderecha.
Toma la palabra Ana Rosa, perdonavidas, para vanagloriarse que "todos tenemos mensajes que son como para ir a comisaría. ¿Te enseño yo diez"?. "Yo te hablo de amenazas personales, gente que ha estado buscando mi dirección. Estamos hablando de lo mismo, lo que pasa es que lo estáis circunscribiendo a un ámbito", le rebate Maestre. Y ella, condescendiente: "Bienvenido al club, Maestre. Esos son unos pocos. Estamos hablando de algo generalizado". "Y organizado", añade un adláter de AR.
Ana Rosa y el resto intentando desviar la atención hacia lo que a ellos les interesa realmente: transmitir una única dirección de debate. Y para conseguirlo, Quintana menosprecia a su colaborador: "Maestre, ni tú ni yo estamos en la calle, y tus compañeros reporteros lo están todo el día". El periodista, sin embargo, no se calla: "Sí lo estoy. Que tú no salgas a la calle no significa que yo no lo esté". Y la presentadora, déspota como ella sola: "A la audiencia le preocupa muy poco lo que te pase a tí o a mí. Si quieres, el próximo día te lo dedicamos a tí el programa". Pero Maestre no se arruga: "¿que tiene riesgo? Lo reconozco, pero si yo ahora voy a una manifestación de Vox, también". Puedes verlo cliqueando en la foto: