En Catalunya existen pocos famosos que utilicen twitter en defensa propia del catalán cuando padecen una agresión como catalanohablantes. Se pueden contar con las manos: Joel Joan, Toni Soler y personas que trabajan con ellos: Jair Domínguez, Òscar Andreu, Biel Duran, Agnès Busquets... Precisamente la actriz es el nexo entre los dos. Trabaja en Polònia y en Escape room 2. Este miércoles sufrió un incidente catalanófobo cuando fue a clase de pilates en un gimnasio de Gràcia, su barrio de Barcelona, y un compañero de clase, 50 años, pijo, prohibió que se siguiera dando en catalán la clase. Impuso a la profesora, no de física cuántica sino de pilates, que diera la clase en castellano. Joel Joan ha explotado con dos tuits imprescindibles:
Un tio que hace 12 años que vive en Catalunya y dice que no entiende el catalán es un mentiroso y sobre todo un supremacista y racista de mierda. Por lo tanto la clase se tendría que haber dado en catalán y si no le gusta que meta en el campo. ¡Sumisión al supremacismo nunca! Venga de donde|dónde venga. https://t.co/TOYik9Ns3M
— Joel Joan (@JoelJoanJuve) November 12, 2024
Ha indios, pakistaníes, chinos que con pocos meses enten el catalán. En sus culturas hacer cambiar la lengua a un nativo simplemente ni se les pasa por la cabeza. Pero si vienes de un país imperial y aniquiladora de lenguas y culturas la cosa ya cambia. https://t.co/kW6yhBhLPQ
— Joel Joan (@JoelJoanJuve) November 12, 2024
Hay muchos calificativos para el individuo catalanófobo que confesó que hacía 12 años que vivía en Barcelona y que decía que no entendía el catalán. EN Blau lo calificó de maleducado pero Joel Joan acierta con un adjetivo más certero: "mentiroso". La catalanofobia no es una cuestión de clase sociales, género o edad, es transversal. Una catalanohablante como Agnès Busquets se relaciona con una persona, compañero de pilates, que vomita su odio a la lengua catalana con la frase más repugnante que alguien puede escupir: "No le entiendo". Simplemente es mentira. Según el Instituto de Estadística de Catalunya (Idescat), el 95,9% de la población de Cataluña entiende el catalán. Por lo tanto, solo el 4% de habitantes del país no mienten cuando dicen "No le entiendo". Así, cuando un camarero, una cajera, un notario o un alumno de pilates escupe "Hábleme en cristiano que no le entiendo" en realidad no es incomprensión lingüística. Es casi al 100%, al 95,9%, pereza, odio y aversión a la lengua catalana y al país que te acoge. Joel Joan añade "racista y supremacista" porque el señor aquel del gym de Gracia, un tipo anglosajón, odia este rincón del Mediterráneo dónde se habla catalán.
El segundo tuit ayuda a entender la magnitud de la tragedia. Barcelona es ciudad de acogida, vienen muchos foráneos a vivir pero conviene distinguirlos por el origen. "Si son indios, pakistaníes o chinos, con pocos meses entienden el catalán. En sus culturas hacer cambiar la lengua a un nativo simplemente ni se les pasa por la cabeza" pero si son españoles o franceses o británicos quieren imponer la lengua de su antiguo imperio por encima de la que hablan los nativos "Si vienes de un país imperial y aniquilador de lenguas y culturas la cosa ya cambia". Solo hay que oír a un pakistaní de la tienda de comestibles hablando catalán, o entendiéndolo pronto, y uno de Logroño o Londres creyendo que puede obligar a toda una clase de pilates a darse en castellano por él. Ve a casa que te quite los mocos la abuela. Go to your house and your grandma remove the snot.