La noticia bomba del mundo del corazón ha sido el segundo divorcio de Arantxa Sánchez Vicario. Una historia turbia que irá ampliándose a medida que hablen las dos partes enfrentadas. La primera versión ha sido la de la extenista, asegurando que ha sido Josep Santacana, el padre de sus dos hijos, quien ha tomado la iniciativa dejándola por otra mujer y que le habría robado todo su patrimonio. La familia Sánchez-Vicario lleva años enemistada con la ganadora de Roland Garros por cuestiones económicas. Arantxa se enfrentó judicialmente con sus progenitores reclamándoles el piso donde residían en la Diagonal y que era de ella. Una vez muerto el padre, la familia entendió que todo el asunto había sido impulsado por el yerno y le echaron del funeral "a empujones". Siempre ha sido visto por la familia como una mala influencia y ahora confirman que "se veía venir".
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Para Arantxa es su segundo matrimonio fallido. El primero fue efímero, con el periodista Joan Vehils. Una boda de altura que contó con invitados estelares como el matrimonio Aznar-Botella. Corría el año 2000 cuando Aznar era presidente y fue testigo del enlace celebrado en Cerdanyola. Aznar fue gafe y el matrimonio duró un año. Vehils rehízo su vida con Helena Garcia Melero hasta hace pocos meses, cuando ella misma explicó que dejarlo fue "una de las decisiones más bestias de mi vida". Arantxa cayó en manos de uno buscavidas como Santacana, a quién los Sánchez Vicario hicieron investigar por detectives privados (los célebres Método 3, del caso Pujol) y le encontraron un montón de deudas impagadas y negocios turbios. Tan pronto como los padres se enfrentaron a su hija, Arantxa se volcó en él, refugiándose en una mansión vecina de la de Shakira y Piqué en Esplugues y los últimos años en Miami.
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El hecho que los niños vivan en Florida, la pequeña Arantxa de 9 años y Leo de 7, hace que un juez norteamericano difícilmente permita que abandonen el país y Santacana habría pedido la custodia "por motivos de salud mental" de Arantxa. Un golpe bajo que la extenista tendrá que devolver como si fuera de su oponente Steffi Graf. Si como se asegura hace 2 años que viven separados, ahora todo se está precipitando por el reparto económico y de los hijos, como cualquier divorcio. Empiezan a salir los trapos sucios, de las deudas de Santacana y el mal carácter y la inestabilidad emocional y mental de Arantxa. La guerra sólo ha empezado y hay que evitar usar menores como rehenes.
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La historia de amor le vuelve a hacer perder juego, set y partido a Arantxa, "todavía enamorada" de Santacana según su entorno. Y el entorno del empresario negando que la ruina de la extenista sea culpa de él. 10 años de matrimonio que acabarán en las revistas del corazón. El gafe amoroso de Sánchez Vicario empezó cuando invitó a Aznar a su primera boda.