No falla: si la sociedad sufre de algún problema grave, de una lacra, una injusticia o una situación que invite a la empatía y la solidaridad, allí tendremos a un personaje como Arcadi Espada para ir a la contra. Así es como se gana la vida, y se la gana muy bien. Viste cada una de sus opiniones con un disfraz carnavalesco de intelectualidad que sólo es eso, una burda parodia de Sapientín que encontramos en otros congéneres de su caverna, como Cayetana Álvarez de Toledo (¿por qué será?), o muchos otros que ustedes ya conocen y no mencionaremos para no ensuciarnos el cerebro ni los oídos. Bastante porquería hemos tenido que tragarnos escuchando la asquerosa minimización de la violencia y los asesinatos machistas por parte de Espada en Onda Cero. ¿10 muertas a manos de sus parejas en un mes? "Es aleatorio. Una cuestión estadística", dijo aquel que humilla a las personas con síndrome de Down. La estadística, Arcadi, es otra, una muy mala: que con tantas voces dignas y preparadas como hay en el mundo tenga que ser la tuya la que inunda el panorama mediático.
Puedes escuchar las sandeces de Espada a partir de 3h02'40'':
Espada atribuye la alarma entre las mujeres del estado español (y de millones de hombres decentes) a "las trampas y demagogia de la izquierda. Utilizan una casualidad para hacer política". Lo dice con frases subordinadas, regalándose los oídos, gustándose, exprimiendo el diccionario para llenar mucho tiempo "eructando basura", como le ha espetado Cristina Fallarás, harta de esta nueva mezquindad del barcelonés. Ha descargado toda su indignación por utilizar "la vileza más grotesca para que hablen de él", una más de su hoja de servicios a la infamia y la fractura. Pero la periodista le indulta: el problema no es exactamente él, sino aquellos que le ríen las gracias. Es decir, de los Girautas, Sostres y Herreras hacia abajo.
"Diez asesinadas es estadística. Puede que no haya más asesinatos el próximo mes". No será por lo que hayas hecho tú para evitarlos, Espada. Shame. Vergüenza.