Cuando Jordi Évole anunció la semana pasada que entrevistaría al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ya nos imaginábamos que más de uno sacaría espumarajos por la boca. Le dijeron de todo: "Orco lamesuelas, pocilga, repulsivo"... y a pesar de todo, el Salvados en el que Maduro hablaba de la República catalana hizo líder de audiencia (18,3% y 3,3 millones de espectadores) y enfureció todavía más a los enemigos del periodista de Cornellà.

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La Sexta

Entre los que se la tienen jurada a Évole, otro catalán: el columnista de El Mundo Arcadi Espada. En su último artículo, titulado "Jordi y el asesino", Espada se ensaña con el presentador de Salvados por el programa con Nicolás Maduro hasta el punto de perder los papeles con acusaciones gravísimas. Lo señala por ser nada más y nada menos que connivente con un asesino, dice.

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Arcadi Espada se suma a periodistas ultras de la talla de Cristina Seguí o Hermann Tertsch y difama a Évole poniendo en duda su moral: “Si entrevistas al asesino, debes preguntarle por sus crímenes. A la incompetencia de no preguntarle por su actividad principalísima se añade la concesión moral”. Lecciones de ética de quien defiende a La Manada cuando va a Telecinco y explica en TVE que pegar a señoras mayores el 1-O "fue violencia legítima".

“La última represión ordenada por Nicolás Maduro dejó 26 muertos, según algunas fuentes, y 40 según otras”. Para Espada, la entrevista que Jordi Évole le hizo al presidente de Venezuela fue poco más que un masaje y acusa al periodista de Cornellà de quedarse embobado con el personaje: “Jordi, a veces, se queda como tonto, y no remata”. Para acabar haciendo una crítica totalmente fuera de lugar y que demuestra hasta qué punto llega a perder los papeles: “Tiene un antiguo problema con los asesinos. Siente su llamada, responde a su magnetismo, llega a ellos con facilidad”.

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¿Un problema con los asesinos, y que viene de lejos? Y sin poner ningún ejemplo... es aquello de tirar la piedra y esconder la mano. ¿Qué insinúa, exactamente, Arcadi Espada?