Siempre se ha considerado el “gracioso de turno” y nunca ha dejado de creer y apostar por el humor, puesto que lo considera algo fundamental, y más en tiempos difíciles porque la gente lo que quiere es reírse y evadirse. Su afán por querer contar “cosas sobre la vida” le llevó a gravar en los años 70 “unas cintas de chistes que se vendieron por millones”, a protagonizar varias películas bajo las órdenes de Mariano Ozores y a participar en míticos programas de televisión como Un, dos, tres… responda otra vez. Y su afán por compartir instantáneas en las redes sociales, a punto estuvo de costarle su amistad de antaño con su gran amigo y compañero Bertín Osborne, con quien ha compartido seis años y medio en los escenarios. En julio de 2017 Paco Arévalo nos hizo partícipes de la paella que compartió con el presentador de Mi casa es la tuya, el rey emérito y su hija, la infanta Elena. Por este motivo, el actor y humorista valenciano, cuyo nombre real es Francisco Rodríguez Iglesias, se sincera con En Blau para hablarnos de Bertín, del Rey Emérito, de su gran afición por los toros y de Cataluña que, pese a reconocer que está en un procés complicado, prefiere hacer un guiño a su profesión y calificarlo como “de risa”.
Arévalo, ¿crees que hemos perdido el sentido del humor?
Sí, porque no puedes hablar de según que personas ya que parece que te estás burlando de ellas. En el humor no puedes referirte a alguien como enanito, ni tampoco decir que uno se ha tomado dos copas de más porque la gente lo lleva todo al extremo. Todos nos hemos tomado algún día una copa de más y hemos estado muy graciosos y no pasa nada.
¿Cómo crees que han cambiado los chistes de antes con los de ahora?
El chiste de antes es el mismo que el de ahora, pero con alguna pequeña transformación. Un chiste siempre será un chiste y la gente se reirá porque lo que decimos no deja de ser algo gracioso, pero tan corto que no te da el suficiente espacio como para hacer un monólogo.
Hablando de chistes, ¿alguna vez te has arrepentido de contar alguno?
No, porque cuando cuento chistes no lo hago con ánimo de ofender, y si alguien se da por aludido es porque no entiende de humor. Creo que una cosa es meterse con alguien, es decir, insultarle o vejarle, y la otra es contar algo. Por ejemplo, la gente no se puede tomar a mal que se diga que alguien es un mariquita muy divertido, porque los hay, y con mucha gracia. Es más, en mi familia he tenido hasta cuatro primos hermanos gays y nadie se ha metido con nadie… A lo que me refiero es que cuando alguien se burla, la gente lo sabe. Nunca me he burlado de nadie, ni me burlaría jamás.
¿Te ofende que como humorista te puedan tachar de homófobo?
Totalmente. Me gustaría que me tacharan de homófobo los mismos gays que me adoran, porque tengo muchos amigos gays y me encanta ese mundo. No hay ni un gay, ni nadie, que pueda decir eso porque es una tontería. Mira, para ponerte un ejemplo, los hermanos Morancos, uno es gay y el otro no y hay que verlo desde la normalidad. Un mariquita, gay, maricón, o como se quiera llamar ahora, es una persona divertida que no se tiene que avergonzar de sus actos. Para eso está el orgullo gay, porque el colectivo es muy simpático y divertido.
Una de tus últimas obras ha sido Por humor al arte con Bertín Osborne, ¿cómo es trabajar con él?
Es fantástico porque tiene su gracia personal y una personalidad arrolladora. Es una persona que no tiene ningún tipo de envidia, ni compite con nadie. Al contrario, él presumía de decir que era yo quien le enseñaba a estar en el escenario, porque decía que no tenía ni idea de teatro. Hemos estado juntos seis años y medio y hemos hecho espectáculos como: ‘Mellizos’, ‘Más mellizos que nunca’, ‘Dos caraduras en crisis’ y recientemente ‘Por humor al arte’.
Imagino que a día de hoy vuestra relación vuelve a ser como antes, ¿no?
Lo que pasó fue un accidente. Quizá cometí el error de subir la foto a las redes, por un momento de euforia porque estoy muy orgulloso de haber nacido en España, ser español y haberle hecho una paella a su majestad. El problema es que cuando compartí la instantánea, alguien de la Casa Real llamó a Bertín para decirle que este tipo de fotografías no se podían compartir y entonces Bertín me llamó muy enfadado. Pero bueno, hemos hecho las paces y somos tan amigos, como hermanos.
¿Realmente crees que Bertín tenía motivos para enfadarse contigo?
No entiendo cómo Bertín se pudo enfadar por una foto tan bonita, en la que aparece su familia, yo, pastas y café. No hay más. Creo que el carácter de Bertín es un poco bipolar porque se enfada pero a las tres horas ya se le ha olvidado. De hecho, ya lo dijo bien claro cuando hicimos las paces en televisión que la amistad está por encima de todo.
Desde entonces, ¿has vuelto a comer o cocinar paella?
Sigo cocinando y comiendo paellas porque me salen muy buenas. Pero no he vuelto a hacer otra paella ni a Bertín, ni a Su Majestad el Rey Emérito.
¿Cómo es Juan Carlos en las distancias cortas?
Es todo un señor, muy simpático y agradable. El Rey Emérito es una persona muy normal y muy elegante, que tiene una conversación muy simpática y chistosa porque le gusta mucho el humor. Con él, las sobremesas no tienen elementos políticos, sino que son conversaciones normales con algún chiste. Poder estar con él, fue un momento de mucho orgullo y si alguna vez presumo de algo, será de haberle hecho una paella y haber compartido mesa con él.
¿Quién te parece mejor rey: Juan Carlos o Felipe VI?
Son muy distintos, pero muy humanos y parecidos a la vez. Ambos son personas con cargos muy importantes y cada uno tiene sus gustos. Por un lado, creo que Juan Carlos ha hecho muchas cosas para España y muchos negocios buenos. Por otro lado, es verdad que Felipe VI tiene una preparación estupenda, además de tener don de gentes y un carisma tremendo. Pero, el que no le quiere, no le quiere. Personalmente, he tenido el placer de conocer a Felipe VI, porque una vez nos presentaron en un protocolo, y cuando le di la mano me dijo que tenía muchas ganas de conocerme porque me había visto en ‘Un, dos tres… responda otra vez’.
El Rey Emérito cumplió 80 años hace poco y no invitó ni a su hija, la infanta Cristina, ni a su marido Iñaki Urdangarín, ¿te parece una decisión acertada?
Me parece que lo que haya decidido es la decisión correcta. Es muy difícil lo que ha pasado y como en la celebración habían muchos periodistas y demás…, pues creo que prefirió evitar una cosa de ese calibre. Ni lo veo bien, ni lo veo mal. Lo veo correcto.
Hablando de Iñaki, ¿crees que cumplirá la pena de cárcel de diez años que pide la fiscal?
No lo sé. Si me pides mi opinión te diré que Urdangarín lo ha hecho todo muy mal y que lo tiene que pagar de alguna manera. Pero claro, también es verdad que hay mucho poder a su alrededor y nunca se sabe lo que puede llegar a pasar. Personalmente, no me gusta que metan a nadie en la cárcel, porque prefiero que devuelvan todo lo que han robado. De todas formas, creo que lo que dictaminen los jueces será lo correcto.
¿Es cierta la fama que tiene Juan Carlos de seductor?
No me consta que Juan Carlos sea seductor, aunque sé que tiene fama de serlo porque es, y ha sido, un tío muy guapo, pero como cualquier español. Además, ¿si una persona normal ya comete traiciones de vez en cuando, qué no hará una persona que tenga más poder? Creo que en España, y en muchos otros sitios, la gente no dice la verdad cuando le preguntan por este tema. Puede que haya alguien que sea muy fiel a su mujer y sea verdad lo que dice, pero creo que la mayoría de los hombres hacemos estas cosas…
Y que una de sus aficiones sea la caza, ¿qué te parece?
Me parece estupendo y sé de muy buena tinta que fue a cazar porque le invitaron. Pienso que Juan Carlos no tiene que pedir perdón a nadie por cazar elefantes. Hay mucha gente que va a cazar y que se gasta mucho dinero, pero si a él le invitan, y encima le gusta cazar, pues lo veo muy bien. Pidió perdón, pero no lo entiendo. Yo no hubiera pedido perdón a nadie.
Hablando de aficiones, ¿qué significan para ti los toros?
Los toros o te gustan, o no te gustan. Para mí representan una explosión de arte y colorido, de jugarse la vida delante de un animal que se defiende. Los toros son cultura porque vienen en los libros y en las pinturas de los grandes pintores como Goya, Sorolla o Picasso. Además los toros, a parte de tener una carne buenísima, dan un espectáculo que lleva a mucha gente a la plaza y se tiene que respetar. Es el segundo tipo de eventos que más dinero genera en España, aunque si nos empeñamos en quitar las plazas y todo, nos quedaremos sin nada.
¿Entiendes que haya gente que esté en contra de los toros y lo tachen de maltrato animal?
No concibo que el toreo se base en el maltrato animal, porque si fuera así se acabarían los toros. Últimamente se dice que todo animal está sujeto al maltrato y creo que la gente se confunde. Por ejemplo, no puedo entender como hay gente que tiene cerdos como animales de compañía… Cuando la matanza del cerdo sí que es horrorosa. ¿Es verdad eso que se dice que cuando un toro mata a un torero se sacrifica a toda la familia del animal? No, no, no. Eso es mentira. Si es un toro que sale muy malo, muy malo, muy malo, muy malo puede que el ganadero que lo ha criado tome la decisión de sacrificarlo, pero entiendo que no se matan a todos. De todas formas, el toro está en su perfecto derecho de matar al torero, porque por eso salen el animal y el torero, aún sabiendo que se juega la vida en la plaza. Es más, los toreros que mueren en la plaza se cubren de gloria, aunque muchas veces ganan. Y la fiesta, lo que realmente representa, es la lucha entre el toro y el torero.
Y hablando de corridas, la situación política parece difícil de lidiar…
Es un país de risa y no entiendo nada, ¿por qué Cataluña se quiere separar de España? No lo puedo entender. Pienso que no se pueden hacer las cosas dentro de lo que no es legal, porque no está recogido por la Constitución. Además, considero que los políticos que están en la cárcel, les han metido por no hacer las cosas como las tienen que hacer. Pero, como le podría pasar a cualquier persona si no hace lo que debe, y como le puede pasar también a Iñaki Urdangarín. La justicia debe ser igual para todos y la situación actual en Cataluña me parece de risa.