De acuerdo. Lo reconocemos. El titular es tramposillo, porque quién más quién menos ya sabe que el estado actual del humorista Francisco Rodríguez Iglesias, más conocido como Arévalo, no es el de la fotografía que ilustra el artículo. Eso era su prime, los 80 y los 90, con sus casettes de chistes "de gangosos, de mariquitas, de camioneros, de andaluces", las galas de la tele, los espectáculos en las fiestas patronales de pueblos y ciudades de las españas... El de Catarroja, quien empezó en el mundo del espectáculo haciendo de bombero torero, se lo montó bastante bien. Pero claro, cuando la sociedad avanzó, el humor de Arévalo se quedó allí parado. Moribundo. Encontró un salvavidas con Bertín Osborne, viviendo una segunda juventud así regulera y polémica, pero suficiente para mantenerse ocupado. Como el romance extrañísimo con Malena Gracia, un desbarajuste que no era más que una manera de llamar la atención. La cosa es que, hoy en día, a Arévalo lo ves poco. Pero ha reaparecido.

¿Y cómo tenía que ser? Esta sí que es fácil. Lanzándose en plancha sobre el tema de la semana, el mes, el año o el siglo. La revuelta patriota contra Perro Sanxe y los pérfidos separatas catalufos. Bien, Arévalo es más fino que todo eso, nunca calificaría así a todo un presidente del gobierno, ni siquiera al enemigo independentista, o qué decir de todo un rey de España, acusado de cómplice de un golpe de estado encubierto con la amnistía. Quizás piensa barbaridades de todos ellos, pero las procesa con su oratoria trabajada y acaba diciendo otras barbaridades que no suenan tan mal en las formas. En el contenido, ains. No descubriremos ahora que Paco Arévalo es facha. Pero hace reír, clava el personaje. ¿El secreto? Qué hace de él mismo. Lo ha explotado tarde, se habría hecho de oro.

Arévalo 80 Todocoleccion
Arévalo en los 80 / Todocoleccion.net

Arévalo nos ha regalado una perla de su cosecha exclusiva, grabándose una alocución a las masas al lado de un bar restaurante que se llama "Dolores", toda una declaración de intenciones. Maestro. Va en una especie de ciclomotor tuneado con adhesivos de la marca de ropa favorita de los fachas, y ha insertado dos palos de banderas en los frenos. Por suerte está parado en la acera, cosa que tampoco está bien, pero cuando menos ni circula ni coge velocidad. Vemos que una de las banderas es, obviamente, de España. De plastiquillo de bazar, barata. La otra no se identifica en un primer momento, es un objeto ondeante de color blanco. ¿Un lema? ¿Una consigna? ¿Arévalo haciendo trabajos manuales en su casa para ir de mani? No. Estaría pensando en su arenga. 1 minuto 46 segundos Arevalíssimos. Atención porque se dirige al rey recordándole lo que dijo Franco a su padre. Vaya memoria selectiva.

Arévalo moto X
Arévalo / X

La cosa tiene fuegos artificiales y todo, porque en el momento que Paquito menciona el nombre del monarca, la bandera blanca no identificada cobra vida. Ondea más fuerte que nunca, quizás es un mensaje del más allá. Es la enseña de VOX. Misterio resuelto, si es que había alguno. Quizás es el más moderado de la formación de Abascal, de los que todavía lo tratan de Majestad, con trato adulador y  de vasallo. Ahora bien, lo vemos desmejorado, no le está yendo bien el éxtasis de estos días. Le ha cogido demasiado tarde, lástima que no fuera en los 80. O antes, por qué no. Entonces sí que vivía bien, y con libertad. ¿Verdad, Paco?

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Arévalo con la bandera de VOX / X