Ahora que estamos a punto de entrar en eso de la "nueva normalidad", lo podemos decir muy alto: hay quien piensa que el coronavirus ha sido una trampa de los medios de comunicación, los gobiernos o vete a saber que poderes fácticos. Y no, no hablemos de ultraderechistas bocazas o de Miguel Bosé, emblemas locales de estas teorías conspiranòicas. La cosa es mucho más grave, más extendida y cotidiana de lo que cualquier ser humano más o menos inteligente podría llegar a pensar. Miles de ciudadanos actúan sin preocuparse de rebrotes, contagios e infecciones, cuando todavía no hemos digerido los millares de muertos de la Covid-19.
El ejemplo lo pueden encontrar en las playas de Barcelona, o en fiestas alocadas sin ninguna medida de prevención, o incluso paseando por la calle sin más pretensiones: ir sin mascarilla (obligatoria, por cierto) y, además, sin hacerse a un lado cuando se cruzan con otros peatones. Una actitud triste, temeraria y maleducada que es demasiado habitual, e indigna a aquellos concienciados con la enfermedad. Una de ellas, la presentadora de TV3 Ariadna Oltra, que ha compartido su enfado a través de las redes: "Gente sin mascarilla y que no se apartan. Es el 2x1 de la nueva normalidad".
¿Cuántas veces hemos escuchado lo de "el coronavirus lo cambiará todo" o "hemos aprendido muchas cosas del virus"? Desgraciadamente, un palique vacío. Y peligroso.