Ya se ha acabado la novena temporada de Masterchef, una edición que según han pregonado los tres miembros del jurado, y que han constatado en la final de este martes, ha sido la que ha tenido "el nivel culinario más alto de nuestra historia". Lo ha sido. Y también ha sido una edición marcada por un hecho insólito hasta ahora: los dos duelistas finales, y por lo tanto, el ganador y la finalista, son catalanes.

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'Masterchef' / TVE

El flamante vencedor ha sido un joven de 32 años, de Barcelona, Arnau. El concursante de la coleta, el vendemotos de la edición, o en este caso, el vendedor de productos de baño, comercial con mucho palique que siempre provocaba una sonrisa en los espectadores y en los concursantes, estratega a quien le gustaba hacerse pasar por 'El Padrino' a la hora de concursar, pero lo hacía con un sentido del humor y una sonrisa que era imposible no empatizar con él. Amante de la cocina innovadora y moderna, y meticuloso en sus platos.

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Arnau, ganador de 'Masterchef' / TVE

Su rival en el duelo final, Meri, hija de un médico del Barça, que se debate entre los fogones y la medicina, aunque después de su exitoso paso por el programa, parece que preferirá trabajar con cuchillos de cocina que con escalpelos. Voluntariosa, constante, posiblemente, la concursante que más ha evolucionado a lo largo de todo el programa. Risueña y con tendencia a emocionarse, su paso ha sido otro hallazgo.

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Meri, finalista de 'Masterchef' / TVE

Y así, Arnau y Meri, Meri y Arnau, conseguían llegar a la prueba final después de haber dejado por el camino a la tercera y al cuarto finalistas, curiosamente, dos manchegos, como María y Fran. Este era el momento más esperado por todo el mundo, cuando Pepe Rodríguez decía en voz alta quién se llevaba el preciado galardón, el dinero, el curso para el Basque Culinary Center, el libro de recetas y la gloria de ser el noveno ganador de Masterchef.

Arnau ganó la final haciendo honor a lo que siempre ha defendido orgulloso, su catalanidad. Ya sólo empezar programa, hace tres meses, pregonó bien alto su herencia catalana con todos los apellidos pertinentes: "Arnau París Masip Tarrès Olivet Abelló Marçà Olivet". Un concursante que en algún momento de programa tuvo que oír como un aspirante de Madrid, Pepe, decía de él que era "un catalufo simpático, claro que sí":

 

Pues ahora, el catalufo simpático ha conseguido proclamarse vencedor en una final donde ha lucido todavía más su catalanidad, sus raíces y su aprendizaje en la cocina con un menú dedicado a su familia, 'origen', dedicado a la memoria de sus abuelos, y a los productos de su tierra: coca de recapte con berenjena asada, de segundo un carpaccio, pichón y aire de lima y para acabar, una crema catalana en texturas. Maravilloso. Meri, de su parte, optó por una sopa de cebolla con crema de queso, un canelón con esferas y de postre, requesón con confitura de rosas.

Ha sido una edición impecable con dos finalistas merecidísimos, sea cuál sea su procedencia. Pero se ve que ver a tantos catalanes en la final, con un jurado catalán como Jordi Cruz, con dos catalanes más entre los concursantes, Amelicius y Àlex, con cremas catalanas y cocas de recapte, ha sido demasiado para una legión de hiperventilados espectadores que han llenado la red de comentarios lamentables y catalanófobos. Aquí una muestra.

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Y aquí más, mezclando el procés, los presos políticos y la independencia. Vergüenza máxima:

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Intolerable. Pero, ¿saben aquello de '¿No quieres caldo? Pues dos tazas'? Pues eso. Dos tazas bien llenas. Felicitamos a Meri y Arnau por el éxito y por responder de la mejor manera: en los fogones, preparando platos en honor a su tierra. Brindamos por ellos. Con ratafía.