En el mundo del cine, la línea entre la ficción y la realidad a veces puede desdibujarse, especialmente cuando la presión y el estrés alcanzan niveles críticos. Un ejemplo sorprendente de esto ocurrió durante la filmación de la película que cambiaría para siempre la carrera de Arnold Schwarzenegger y definiría un nuevo estándar en el género de ciencia ficción: ‘Terminator’ (1984).
James Cameron, el visionario director detrás de éxitos como ‘Titanic’ y ‘Avatar’, recientemente compartió una anécdota escalofriante del set de ‘Terminator’. Durante una visita del productor John Daly durante el rodaje de la escena del club Tech Noir, Schwarzenegger, completamente inmerso en su papel de cyborg asesino, cruzó una línea que nadie esperaba.
Cuando el ‘Terminator’ cobró vida fuera de cámara
Según Cameron, “John estaba de pie junto a Arnold, sonriendo orgulloso y balanceándose sobre sus talones. Arnold le miró, vestido de Terminator y le dijo con su acento austriaco: 'John, cada vez que te veo, siempre estás sonriendo”. Lo que siguió dejó a todos helados: el actor "sacó su enorme pistola automática del 45, la sitúo en la mandíbula del productor y dijo: 'Personalmente, odio eso'. John se puso pálido y se marchó poco después. Nunca volvió al plató cuando Arnold estaba rodando", recordó el cineasta. Este incidente, que hoy podría considerarse un caso grave de acoso laboral, ilustra la intensidad con la que Schwarzenegger se sumergió en su papel, pero también plantea preguntas sobre los límites entre la actuación y el comportamiento profesional.
Rodaje bajo presión: El nacimiento de una leyenda
El incidente con Daly no fue un hecho aislado, sino el reflejo de un ambiente de rodaje cargado de tensión. Cameron reveló que la producción de Terminator operaba con un presupuesto ajustado de 6,4 millones de dólares, lo que obligó al equipo a tomar medidas desesperadas para completar la película. Una de las anécdotas más sorprendentes involucra el rodaje de la escena final sin los permisos necesarios. “Rodamos una escena sin permiso, a muchos kilómetros de Los Ángeles, en el desierto: la última toma de la película, cuando Sarah se aleja hacia un horizonte tormentoso. Un coche de policía salió de la nada y nos detuvo. Les dije que estábamos haciendo una película de estudiantes, de la UCLA (aunque entonces tenía 29 años). Nos dijo que sacáramos el equipo de cámara de la carretera, nos deseó suerte y se marchó", contó Cameron.
Estas revelaciones ofrecen una nueva perspectiva sobre el nacimiento de una de las franquicias más exitosas del cine. ‘Terminator’ no solo fue un triunfo en taquilla, recaudando más de 78 millones de dólares a nivel mundial, sino que también lanzó la carrera de Schwarzenegger a nuevas alturas y estableció a Cameron como un director de renombre. El legado de Terminator va más allá de sus números en taquilla. La franquicia, que incluye secuelas como Terminator 2: El juicio final y Terminator: Destino Oscuro, ha dejado una huella indeleble en la cultura popular. Frases como "Hasta la vista, baby" se han convertido en parte del léxico cinematográfico global.