No falla: Arturo Pérez-Reverte abre la boca y monta un buen pollo. El escritor, académico, excorresponsal de guerra tiene una habilidad marca de la casa: que sus reflexiones, siempre apoyadas en su dominio de la lengua española, se conviertan en una fuente inagotable de polémicas. Seguramente porque el común de los mortales no estamos, nos incluimos, a su altura. Será eso. Su última visita a 'El Hormiguero' de Pablo Motos no ha sido una excepción. Muchos teleespectadores y especialmente teleespectadoras se han quedado de piedra con uno de los pasajes de la entrevista, pero no por genial o entretenido, si no por lo que consideraban como un ramalazo machista de primer orden. Muy bien dicho, entonado y articulado, como buen maestro del lenguaje, pero con un transfondo que no ha gustado a un sector de la audiencia. El origen, "el elogio" que ha hecho de la condición femenina y de las mujeres: por qué son mejores que los hombres, según Pérez-Reverte.
Motos y su invitado, después de hablar del nuevo libro del autor, de política, educación o vivencias sorprendentes como el atraco a un banco en el que participó en Eritrea en 1977, tocaban dos cuestiones sensibles: el amor y las mujeres. Sensibles, sí, porque el plató de 'El Hormiguero' no parece el mejor espacio para tratarlos, más que nada por el histórico de polémicas en las que se ha acusado al presentador valenciano de 'cuñado' y machista. Reverte, siempre con la lengua afilada, ha empezado diciendo esto: "Los grandes avances del hombre en cuanto a compresión del mundo pasan siempre por las mujeres. Ellas tienen una información, incluidas las mujeres tontas, que es muy útil". Bien, qué podría salir mal, ¿verdad?
Pérez-Reverte es un gran observador. De hecho es su gran fuente de inspiración, literaria, periodística e incluso tuitera. De la observación ha obtenido enormes aprendizajes, o cuando menos es lo que asegura. En el caso de las mujeres, afirma que "he aprendido que las mujeres tienen una manera de mirar y unos silencios que el hombre no". Y eso, queridas lectoras, se traduce en que "una mujer callada puede enseñarte más que diez hombres hablando". Este es el elogio en cuestión. Una mujer callada es una mujer sabia, por si no lo habían entendido. Sí, es una temeridad interpretar a Arturo, pero hemos venido a jugar. Exactamente esto es lo que se ha entendido en muchos hogares que miraban el show de Antena 3, y que ha enfurecido a muchas espectadoras. También a hombres, claro.
Pérez-Reverte argumentaba que si las mujeres tienen estas aptitudes es por haber sido sometidas por los hombres durante tanto tiempo. Que eso les ha multiplicado la capacidad de observación, la lucidez, y tal. Sí, puede servir de atenuante, pero en todo caso hay quien se ha sentido menospreciada y ha recordado aquella frase tan de machito ibérico de "calladita estás más guapa". Entre las respuestas al escritor y autor de la reflexión (también hay muchos que le han aplaudido, claro, hay de todo frente a la pantalla de tv y de Twitter) destacamos "y una mujer hablando más que diez hombres bailando", "indecente, me parece muy machista", "debería hablar menos y escuchar un poquito más".
Reverte tiene fans a porrillo. También detractores que no lo soportan. Y que le dirían aquello de Neruda de "me gusta cuando callas porque estás como ausente". Pero no en tono poético, no. Literal.