Nuevo paso al frente de Joana Sanz, la ex pareja de Dani Alves, el ex futbolista del Barça acusado de agresión sexual a una chica en una discoteca (SUTTON) que permanece en prisión provisional desde el pasado mes de enero. Sanz, tras digerir su ruptura con Alves y tras un comienzo de 2023 muy complicado en el que también ha perdido a su madre y a su perrito, ha decidido tomar una decisión drástica. Joana ha cerrado cerrado de golpe y porrazo sus redes sociales. "Offline" ha publicado. Mediante un comunicado compartido en forma de publicación, la modelo tinerfeña ha explicado que desconecta debido a la "ansiedad" que le provocan hoy en día los paparazzis, que la persiguen allí a donde va. Es este el motivo principal por el que ha decidido cerrar su perfil mediático: no quiere más acoso rosa.
Joana no quiere que se sepa qué hace, dónde está, con quién comparte su tiempo libre o cómo se viste. Quiere que lo sepan sus seguidores de Instagram, pero no quiere ser atosigada por decenas de reporteros, que buscan imágenes suyas y de su familia. Ha dicho basta: "Dado el acoso mediático al que estoy sometida, he decidido dejar de utilizar mis redes sociales. No sé si con esta sea suficiente para que los medios de comunicación dejen de esperarme en aeropuertos, fuera de mi casa u hoteles, a la salida de restaurantes, en medio de mi trabajo o abordar a mis seres queridos. Ojalá que todo esto cese porque está afectando a mi salud mental y a mi vida social. No soy una persona que viva de exponerse públicamente porque me causa ansiedad y pues no es para mí, gracias a Dios mi trabajo lo puedo realizar lejos de los focos mediáticos".
Un comunicado que ha terminado con el que se prevé que sea un "hasta pronto". "Doy gracias a todas las personas que me han apoyado con mensajes preciosos de ánimo y que incluso me han abrazado por la calle sin conocerme. No sé si volveré por aquí, es tiempo de desconexión", ha zanjado. Una desconexión que bien merece: la canaria tiene que, sí o sí, hacer un reset y volver a reestructurar su bienestar. La mejor manera de pasar página, lo tiene claro Joana, no es otra que dar carpetazo a las redes sociales. Ciao, Instagram.
Sus mejores fotos
Joana Sanz trabaja de modelo y con ello se gana una pasta. Por suerte, Instagram no le es imprescindible para vivir y es por eso que lo podrá dejar, al menos, durante una época. Eso sí, esperemos que no tarde en demasía en volver, pues sus fotos nos encantan. Sanz tiene un álbum de fotos digital en la aplicación de Meta que es pura "meleta de romer", como diría Gessamí de 'Cuines'. Instantáneas en París, en Bali, en Maldivas, en sus amadas islas Canarias... La mayoría de estas fotos son carne de like para muchos usuarios, especialmente las que posa en una piscina en un verano ya adelantado para ella. Tiene casi 1 millón de seguidores y su follow va muy muy caro: sigue solo a 608 personas. EN Blau no le retirará, para nada, el follow. Lo mantendrá por los tiempos de los tiempos.