Ha sido, sin ningún tipo de dudas, un fijo en el ranking de los hombres más guapos de la industria audiovisual norteamericana. Quizás no el mejor actor, ni mucho menos, pero sí uno de aquellos que desataba pasiones y fantasías adultas. Hablamos de Ashton Kutcher, al que el gran público descubrió en aquella comedieta de "Colega, ¿dónde está mi coche?" del año 2001. El de Iowa venía del mundo del modelaje, desfilando en ciudades como París o Milán. Un escaparate que lo convirtió en una pieza codiciada para las grandes marcas comerciales, que lo querían para protagonizar sus anuncios. Su belleza enganchaba, era irresistible. Cuando menos para estrellas del cine como Brittany Murphy o, sobre todo, Demi Moore, con la que se casó en 2005. Fueron 6 años de matrimonio que, eso sí, no tuvieron un final feliz. 4 años más tarde volvería a pasar por el altar con la actriz Mila Kunis, su actual pareja. Son una pareja sólida y una familia feliz con dos criaturas. Todo en la vida, eso sí, tiene una cara 'b'. Y los últimos meses han sido duros y preocupantes.
One of the most iconic couple of the early 2000s, Demi Moore and Ashton Kutcher's relationship was proof that true love isn't just for people in their 20s. https://t.co/KdhU7HuulM
— InStyle (@InStyle) October 31, 2022
Kutcher pasó de ser un nombre muy solicitado por directores y productores audiovisuales a la nada a una velocidad considerable. Y el pasado mes de agosto supimos el porqué: una enfermedad rara estaba haciendo estragos en su salud. De hecho estuvo a punto de quedar ciego, sordo e inválido. Sufrió una variante de vasculitis, un trastorno autoinmune que se manifiesta en 13 de cada millón de habitantes. Las consecuencias fueron terribles, pero afortunadamente ha salido del pozo y empieza a rehacer su vida. Ahora bien, las cicatrices están ahí. Las emocionales y las físicas.
Ashton ya no parece él. El actor de 44 años refleja los sufrimientos, las incertidumbres y la crudeza de una enfermedad peligrosa y fulminante. Su expresión ha cambiado bastante, como hemos podido captar en una serie de fotografías que los paparazzi le han hecho en Nueva York este 4 de noviembre. Desmejorado, cabizbajo y sobre todo muy delgado, su aspecto impacta. La pérdida de peso, eso sí, tiene otra lectura, y de mucho más positiva: se prepara para correr el maratón de Nueva York este domingo 6 de noviembre. Kutcher quiere pasar página a través del deporte y de una prueba muy exigente, como ha ocurrido con otras personas (y personajes conocidos) que han sufrido problemas graves de salud. Además lo hace para conseguir fondos para su fundación, que lucha contra la explotación sexual de la infancia. Para enfrentarse a los 42 kilómetros de carrera ha tenido que perder unos cuantos kilos. Dicen que son 5 o 6, pero parecen más. Y la realidad es que no le favorece demasiado. Lo pueden comprobar en las imágenes.
Los reporteros lo han retratado poco antes de entrar en los estudios de la cadena NBC, donde ha sido invitado al programa 'The Today Show'. Su estampa caminando por las calles con un café en la mano y un aspecto demacrado y poco cuidado sorprende a los fans de Ashton. Eso sí, justo después, en la pantalla, la sensación era otra. Maquillado y peinado la impresión era mucho más ligera, nadie diría que las ha pasado canutas. Recuerden cómo relataba que "no sabía si podría volver a ver, a oír, a a caminar. Me siento muy afortunado de estar vivo". Pues muy vivo, a punto de pegarse una paliza de campeonato corriendo por Manhattan. No sabemos si acabará el recorrido o no, pero de momento ha demostrado otra habilidad: la de beberse una cerveza de un trago en directo. ¿Qué tiene que ver con el atletismo? Ni idea. Pero demuestra que está animado. Y nos alegramos por él.
Ashton Kutcher (@aplusk) is lacing up his sneakers to run the New York City Marathon to raise awareness and money for his foundation, Thorn, which aims to end child sexual exploitation online. pic.twitter.com/Sut3P6ze8I
— TODAY (@TODAYshow) November 4, 2022
La vida es una carrera de obstáculos. De momento los va superando, a pesar de alguna que otro batacazo.