Seguro que los más supersticiosos habrán pensado, al ver a Belén Esteban y compañía en Ni que fuéramos shhhh de TEN este miércoles, que más le valdría a la princesa del pueblo tocar madera y desvanecer posibles malos destinos. Pero a la colaboradora parece que no le da yuyu hablar abiertamente... de su muerte. Y es que la muerte de un excompañero de programas, con quien ella y el resto han compartido muchas horas de plató, Jimmy Giménez-Arnau, ha hecho reflexionar a más de uno sobre qué pasa cuando dejamos este mundo y cómo querrían que fuera su despedida definitiva. Después de saberse de su muerte, y del golpe que supuso para todos los compañeros que lo trataron, se acaba de hacer el velatorio, el funeral en su honor, al cual han asistido muchos de ellos, como Esteban.
Hasta el tanatorio Parcesa La Paz se han acercado ella y muchos más, como Kiko Matamoros, Terelu Campos, David Valldeperas, María Patiño, Gema López, Carlota Corredera o Joaquín Prat. Y en su programa, Esteban ha sorprendido hablando de cómo quiere ella que sea su funeral una vez le llegue la hora de su adiós. No ha sido la única. Marta Riesco, por ejemplo, quiere que esparzan sus cenizas en medio de una discoteca o una alfombra roja. Pero centrándonos en la madrileña, ha revelado que ha dejado instrucciones precisas y concretas a su entorno más próximo sobre qué quiere que hagan cuando ella se haya marchado al otro barrio.
Y una cosa tiene clara, quiere que la cosa se haga a la antigua usanza, cuando se hacía el velatorio al difunto durante toda la noche: “Pareceré muy antigua pero me han educado así. Aparte de que vengan mis amigos, quiero que me velen por la noche. Que mi familia me vele por la noche”. ¿Por qué?... Porque tiene miedo de quedarse sola durante la noche... a pesar de estar sin vida. Por eso, insiste en cómo tiene que aparecer a ojos de su gente y amigos que la vayan a despedir: cubierta, sin que se la vea. “Quiero que la caja esté tapada, esto a mi madre le va a matar, espero que no tenga que vivirlo”, dice en voz alta. Más detalles, también quiere "que haya una foto mía al estilo americano en la que salga guapísima. Me gusta la primera que tenían en Telecinco, pero no la he conseguido”. Quizás se refiere a esta que cuelga (o colgaba) de los pasillos de la cadena, cuando ella era parte fundamental:
Y una condición sine qua non que se tiene que cumplir sí o sí, una especie de última voluntad que tendrán que respetar una vez ella fallezca: una especie de lista negra, de personas non grata, de vetados: “Hay personas que no quiero que vayan a mi velatorio, y si van que las echen”. María Patiño ha asumido este papel de hacer de portero de discoteca y limitar la entrada o echar a los indeseables para Esteban, aventurándose en quién puede estar en esta lista, que se imagina muy larga, pero de la cual Belén no ha querido dar ningún nombre y apellidos. Eso sí, ya está escrita, igual que su testamento: “Yo tengo todo muy bien hecho por si algún día me pasa algo y a mí lo único que me preocupa es mi hija, mi madre y mi marido”, ha dicho emocionada.
"La gente que lo tiene que saber lo sabe. Y luego tengo una carta para mi amigo Raúl de cosas que tiene que hacer”. ¿Estas previsiones quieren decir que tiene alguna cosa que no ha querido compartir con el resto? ¿Algún problema que le ha hecho ver las orejas al lobo antes de tiempo? No, que se sepa. Según Vanitatis, "no ha comunicado tener ningún problema de salud que vaya a provocar su muerte, pero se ha visto afectada por el tema, ya que siente mucho miedo y respeto hacia ella".