En tiempos gloriosos fue uno de los colaboradores más relevantes del extinto Sálvame de Telecinco. Amado y odiado a partes iguales, Kiko Matamoros intentó dejar el programa en más de una ocasión, pero nunca lo conseguía del todo. Bien por deudas económicas, bien por ser noticia por cualquier cuestión de importancia internacional como sus conflictos postdivorcio con Makoke o la tormentosa relación con sus hijos. Sin embargo, hasta hace muy poco siempre había sido animal de plató. Nada de 'realities', porque su paso por la segunda edición de Gran Hermano VIP no le fue rentable. Espóiler: abandonó. Nada más hasta el pasado 2022, cuando despegó en el avión con destino Honduras para ser concursante de Supervivientes. A la edad de 65, todo un reto.
Kiko acabó como el noveno expulsado de la edición después de incontables semanas nominado en las cuales tuvo conflictos con casi todos sus compañeros de aventura. Fuera por su actitud competitiva en las pruebas o por riñas habituales en la convivencia, el exrepresentante de famosos no acababa de convencer al resto de participantes. Bien, quizás no tan habituales, y es que Matamoros fue protagonista de una de las escenas más asquerosas de la historia de la televisión durante su participación. La recordamos.
El momento más asqueroso de Kiko Matamoros en 'Supervivientes'
Si alguien no ha visto nunca el programa producido por Bulldog, es importante tener en cuenta que los afortunados —o desafortunados, según se mire— que pasan por los Cayos Cochinos comen poca cosa más que cantidades limitadas de arroz y alimentos del mar que ellos mismos tienen que cazar. De eso ya se extrae que difícilmente alguien podría tener un tráfico intestinal al uso en estas condiciones. Ahora bien, el residuo a la deriva que dejó Matamoros será difícil de olvidar. Kiko ensuciaba el paraíso caribeño con una hez acuática de dimensiones descomunales que al chocar con sus compañeras Marta Peñate y Desy Rodríguez las dejaba totalmente en 'shock'.
Estremecidas por el ñordo del ñordo. No todos los días uno choca con una boñiga de estas dimensiones. Completamente impactadas en el momento, ahora una de las protagonistas ha explicado como de llevar, y nunca mejor dicho, fue tener que lidiar con tan surrealista materia fecal.
Desy Rodríguez, sin pelos en la lengua sobre el desastre
Ha sido Rodríguez quien ha arrojado luz a la oscuridad del asunto más de un año después durante su visita al pódcast Querido hater, presentado por el siempre incendiario Malbert. Para contextualizar, sin pelos en la lengua, la exconcursante de Gran Hermano ha querido explicar que la guarrada de Matamoros fue un caso completamente excepcional. No por nada más que la consistencia, cabe destacar. "Cuanto te salía, parecía que era como una hormigonera (...). Y encima allí, como no lo hacíamos duro, rígido, porque estábamos fatal", empezaba a explicar sin demasiada vergüenza escatológica.
Mientras que ella y muchos otros robinsones preferían hacer sus necesidades entre las palmeras porque "así se criaban bien los cocos". No como el marido de Marta López Álamo, que lo hacía dentro del agua. "Poco más y esnuca a Marta el mojón", recuerda, enfatizando el tamaño del desastre. "Fue el único que cagó duro (...). Aquello era un mojón cocodrilo, vamos".
Nos quedamos con el concepto de mojón cocodrilo. La pobre Desy todavía no se ha recuperado del susto. Nosotros tampoco.