La vergüenza no tiene límites cuando se trata de Tabarnia. O, en su caso, la poca vergüenza. El esperpento de este martes en un restaurante de Madrid, El jardín del mar, es de traca. La flor y nata del antiindependentismo más tronado hizo acto de presencia para coronar a Isabel Díaz Ayuso como presidenta de los taberneses en Madrid. La Asamblea Nacional de Tabarnia encarama a la presidenta madrileña como nueva líder suprema del territorio ficticio españolista. Es difícil hablar de esta pantomima sin sentir vergüenza ajena. Pero si son masocas, que sepan que por el módico precio de tan sólo 60 euros podrán hacerse con el carné "Héroe de Tabarnia", tal como pregonaban en el acto. Y qué decir de la información que se podía leer en una de las octavillas que se han repartido: "Si eres facha, ñordo, tabernario, español... eres tabernés. Si quieres pensar, hablar, sentir y vivir en libertad... eres tabernés".
Todo ha hecho un tufo de Barón Dandy que echa para atrás. Es que no hay para dónde cogerlo. Incluso Ayuso pareció más ridícula de lo que en ella es habitual, sólo hay que oír algunas de sus palabras en la aceptación del reconocimiento: "Ante el autoritarismo, libertad, ley e igualdad; ante la tiranía, verdad; y ante el despropósito político, ciudadanos adultos, responsables y bravos. Acepto con gusto vuestro ofrecimiento para ser presidenta de Tabarnia en Madrid. Con tanto ruido político, enfrentamiento y análisis sabiondo sobre política, geopolítica, economía... e incluso sobre lo que tenemos que comer, se agradece un acontecimiento lúdico e interesante como este, con una buena caña y una buena butifarra". ¿Y quien se comió la butifarra con Ayuso? Un grupo inclasificable de palmeros, como los ministros tabarnesos Fuster-Fabra, Tomás Guasch, Miquel Giménez, José Luis Martín... O Joan Carles Girauta, siempre dispuesto a salir en las fotos que más vergüenza hacen. Como el director de la Oficina del Español, Toni Cantó, o Alejo Vidal-Quadras. O el torero José Ortega Cano. La créme de la créme.
Tampoco faltaron personas del mundo del artisteo, los medios de comunicación y la cultura, como el periodista y ex del programa de la Griso, Albert Castillón. O el productor musical Alejandro Abad. Más sorprendente fue la presencia de dos personas más. Por una parte, la presentadora Mónica Pont, y de la otra, uno de los dos componentes del querido Dúo Dinámico, Ramón Arcusa. Todos ellos, nombrados embajadores de la causa. Manolo de la Calva también estaba invitado, pero finalmente no pudo asistir. Resistiré, erguido frente a todo. Me volveré de hierro para endurecer la piel, que cantaban ellos. Lo que hace falta es tener mucho estómago para resistir sin tener náuseas después de ver imágenes tan patéticas como las de este martes.
Por cierto, dos curiosidades más. ¿Quieren saber qué comieron? A 40 euros el cubierto, ensaladilla, guacamole, mejillones (tres por cabeza, según eldiario.es), corte de rodaballo, tarta de chocolate, cerveza y vino. Vino es lo que nos tendrían que dar a nosotros para pasar la vergüenza. Además, en plena euforia de sobremesa, adaptaron la famosa canción de David Civera, Que la detengan, y los asistentes cantaron de manera lamentable frases como "Somos la resistencia, no nos rendiremos jamás". No sabemos si les detuvieron después del esperpento.