Uno de los programas de TV3 que tiene una mejor hornada de reporteros, reporteras, colaboradores y caras nuevas en su equipo, es, sin duda, el Tot es mou de Helena Garcia Melero. Cada mediodía nos acerca a los principales puntos del país donde pasa alguna cosa excepcional, en conexión con diferentes periodistas, pero también tienen cabida muchas otras cuestiones y secciones dentro del mismo plató. Y una de las que va a menudo es una periodista que vale mucho la pena y que nos acerca la información de sucesos: hablamos de Míriam Saint-Germain.

Esta periodista de 29 años, de Montcada, acerca puntualmente a los espectadores la información sobre sucesos y tribunales, aunque otro de sus fuertes como periodista también es la información gastronómica. Y más allá del trabajo, también tiene otra gran pasión, tal como explicamos en En Blau, la danza, con espectaculares maquillajes y vestidos. Aparte de colaborar con TV3, Saint-Germain también colabora en otros medios como Crónica global, donde acaba de informar de un hallazgo muy curioso, subido de tono... y misterioso. Explica la periodista qué se ha empezado a encontrar en diferentes zonas del territorio catalán, a menudo debajo de unos puentes. Concretamente, en las zonas del Bages, el Berguedà, el Solsonès, la Cerdanya y ahora también lo han detectado en el Alt Urgell y la provincia de Tarragona. ¿De qué se trata?... De unos azulejos, unas baldosas eróticas, repletas de penes, pechos y testículos, en colores pastel y rimas como "Paseando por el Llobregat siempre acabo bien trempado" o "Contemplando el Francolí, rasco bien la chona con un brote de romero", con la tipografía aquella tradicional de las baldosas catalanas con dichos populares o frases como "Los catalanes de las piedras hacemos panes" o "Aquí vive uno del Barça".

 
 

Unos azulejos que ha mostrado en redes y que vienen acompañados de otro misterio: no se sabe quién los ha hecho. "En menos de un año han aparecido de la nada hasta 60 baldosas eróticas en diferentes municipios de toda Catalunya. Normalmente aparecen bajo puentes o viaductos, en zonas de difícil acceso", dice Míriam en un Stories. Las primeras baldosas de este tipo, muy creativas, aparecieron el verano pasado y están proliferando como las setas. Pero nadie conoce quien es el autor o el motivo por el cual son incrustados en estas ubicaciones. Los primeros, sin embargo, en hacerse eco, fueron los compañeros del Regió 7, que avanzaron que las baldosas no están firmadas y que a veces, aparece una fecha en números romanos, haciendo referencia al 2023, pero no siempre es así.

Ya lo saben, si se encuentran una, para casa... Podría tratarse de un incunable. O del futuro Banksy de casa y erótico-festivo.