Alba Farelo contra Leticia Maria. Dos nombres muy catalanes de dos artistas nacidas en Vilassar de Mar y en Barcelona, catalanas por los cuatro lados, con una catalanidad diferente de Marina Rosell o Beth Rodergas. Son Bad Gyal y Leticia Sabater. Dos divas del espectáculo, que no solo cantan sino que organizan un show considerable por allí donde pasan. Cuidan su look, melena rubio platino larga y teñida, exuberantes, pocos ropa, voluptuosas. Pero un detalle: podrían ser madre e hija. Bad Gyal tiene 27 años y Leticia Sabater 58 años. Los treinta y un años de diferencia hacen que tengan públicos diferentes y caracteres diferentes pero comparten un gran sentido del espectáculo. Y en Catalunya lo que falta son más guerras de divas. Acaba de suceder. Y como siempre pasa, es la más tronada la que busca brega, la más necesitada de titulares, la que reclama el foco: Leticia Sabater. Son como el gag de "Lo que te pides" y "Lo que te llega por mensajero":
Todo empezó con la entrevista de Bad Gyal en La Revuelta donde se quejó de los fans que le piden selfies a altas horas de la madrugada, sin entender que quizás Bad Gyal en aquel momento no quiere ser retratada por cansada, mal maquillado, ebria o lo que sea. Pero en el contexto de Broncano la catalana bromeaba "Ya más tarde de las 3 A.M. ya le he dicho a alguna persona ¿No me estás viendo? Te vas a tomar una foto conmigo y al ver la foto vas a decir pero quién es? Leticia Sabater?". Ante las carcajadas de la platea Bad Gyal aclaraba "No, es broma" y recibía los aplausos sobre el aspecto de Leticia Sabater. Sabter se lo ha tomado por el lado que quema y ha colgado un Instastories: "Bad, tú y yo nunca serremos iguales porque yo me hago una foto a cualquier hora y feliz. Si sigues diciendo estas tonterías muy poquito vas a durar en el mundo del espectáculo".
En una cosa Leticia Sabater es buena: durar tiempo. A los 58 años todavía dura, después de superar hacer programas infantiles a Sant Cugat en las instalaciones de TVE-Catalunya (Mucha marcha), y operarse mil veces, ponerse pechos y abdominales y acabar siendo esta persona:
Letíc
Sabater ya rentabiliza la carísima operación de estética que lo ha convertido en una especie de personaje de la factoría Marvel. 200.000 euros después de pasar por quirófano para conseguir "los abdominales de Madonna, la cintura de Kim Basinger y el culito de Emiliy Ratajkowski", los espectadores de Telecinco comprobaron que la transformación física de la cantante tenía unos resultados tan dudosos como la calidad de su hit "musicales" La Salchipapa. Más que una superestrella de la canción o del cine, o de una top model, Sabater parece un muñeco hinchable.