Es miércoles de Champions League femenina. El F.C.Barcelona está en Frankfurt, donde buscará seguir la excelente línea demostrada en la primera jornada contra el Benfica. Un partido importante, como todos los de esta fase de la competición, para asegurarse el paso a las eliminatorias y aspirar a repetir el título obtenido en Eindhoven. No será fácil; los equipos alemanes, como el Eintracht, son siempre competitivos. Y además, las culés tienen bajas relevantes, como la de la capitana Alexia Putellas o Irene Paredes. Curioso: el técnico Jonatan Giráldez no convoca a la de Mollet del Vallés ni a la vasca, pero la seleccionadora Montse Tomé, siguiendo el dictado de la Federación, sí que lo hace. Parece que en Las Rozas quieran un nuevo caso Gavi, o una recaída de Putellas. En todo caso y a pesar del obstáculo, la moral está por las nubes. Venimos de dos goleadas por 5-0, una al rival portugués de Champions y la otra al Real Madrid en Liga F.
El Barça no es un rival más para las teutonas. Y no lo decimos por la famosa eliminatoria del masculino en Europa League, con la invasión masiva de aficionados del Eintracht en las gradas del Camp Nou. Las jugadoras alemanas, o cuando menos, buena parte de ellas, sienten admiración absoluta por el club culé. Una constelación de estrellas, con títulos individuales, colectivos, de selección, récords y también emblemas de una lucha contra la lacra del machismo. Cuando la colegiada del partido pite el inicio del duelo serán 11 contra 11 y no habrá concesiones, pero fuera del césped las muestras de respeto son absolutas. Por eso también el fútbol femenino es diferente. Y mejor.
No estamos hablando, ni mucho menos, de una opinión subjetiva. Las jugadoras del Frankfurt vivirán esta noche de una manera emocional e intensa. El mejor ejemplo es el de una de sus mediocampistas titulares, la eslovena Lara Prasnikar. La internacional no ha podido contener las lágrimas al valorar el F.C.Barcelona durante una entrevista previa. A pesar de sus esfuerzos por contenerse, se echa a llorar tras tildar la cita como un sueño hecho realidad. "Jugar contra el Barça significa mucho para mí, he sid fan del Barcelona desde mi niñez. Me estoy emocionando", advertía antes de romperse. Lo disimulaba con una risa nerviosa, pero el mensaje estaba claro. Y nos encanta.
Prasnikar, en la misma entrevista, revela de dónde viene su afición por el Barça: "No recuerdo el momento exacto de hacerme seguidora del Barcelona, pero creo que fue cuando tenía 4 o 5 años y empecé a jugar al fútbol. En aquel momento Ronaldinho todavía estaba allí, hacía magia. Tengo muchas camisetas con su nombre. El amor viene de allí". Ahora, ya como adulta y profesional, se ha encontrado con otro milagro azulgrana, las Aitana, Alexia, Mapi, Patri, Irene, Salma, Hansen, Pina, Ona, Vicky, Engen... La leyenda continúa.