Ada Colau, este verano, ha protagonizado dos momentos impactantes. Uno, una imagen. El otro, una frase inclasificable. Con respecto a la imagen, muy comentada, especialmente por los barceloneses, estamos hablando de cuándo la alcaldesa se echó a llorar en el inicio del pregón de las Fiestas de Gràcia al lado de Jordi Cuixart.

Ada Colau, llorando durante el pregón de las fiestas de Gràcia, en Barcelona / ACN

Lágrimas que no ablandaron a los vecinos de la ciudad. Como por ejemplo Toni Clapés, que se hizo eco de otra imagen para atizar verbalmente a Colau y su gestión.

Hablamos de la queja pública del periodista de TV3, Nicolás Valle, cuando lamentaba que en el bloque de pisos donde vive, había un grupo de turistas haciendo "fiestones en el ático y gritos hasta las 5:20 am. Increpaciones a los vecinos. Los cristales de la portería han aparecido rotos por la mañana. Hace una hora, en el 1.º piso, música a todo trapo y haciendo pis sobre las plantas del patín".

Al verlo, el locutor de RAC1 le dedicó a Colau un contundente "Alcaldesa Colau, eso sí hace llorar. La desesperación y abandono de los que pagamos los impuestos en Barcelona. Salid de la burbuja". Ahora, Clapés se ha vuelto a dirigir al ayuntamiento de Barcelona para que haga lo que toque y actúen ante unas imágenes igual de lamentables, pero de un cariz totalmente diferente, que ha visto en la red sobre un rincón de su ciudad.

Toni Clapés / TV3

La imagen corresponde a un trozo de calle, delante del Hotel Palace, en el cruce entre la Gran Vía de las Corts Catalanas y la calle Roger de Llúria. ¿Y qué se ve? Una cantidad de basura descomunal, lamentable, y que da una imagen patética. Basura y más basura desparramada por tierra, fuera de las bolsas y de los contenedores. Un acto vandálico que de rebote, ha remitido a Clapés y muchos otros usuarios a la frase que perpetró la alcaldesa hace unos días.

El barrio del Gótico se ha llenado de meadas, fuentes llenas de latas, basura podrida en medio del barrio de Sant Andreu o montañas de hojas olvidadas en muchas calles. La crítica pública de la ciudadanía fue unánime y la alcaldesa de Barcelona lo justificó entonces relacionando los motivos de esta dejadez a un hecho climatológico: el calor del verano. "Hay diferentes factores, como la ola de calor o el final del contrato de la limpieza", fue su justificación. Y claro está, le ha vuelto como un boomerang.

El director del Versió RAC1 ha aportado su habitual juicio y contundencia a la hora de dirigirse al ayuntamiento Colau, exigiendo mano dura con los rufianes: "A quien hay que sancionar es a quien lo genera. El Ayuntamiento de Barcelona tendría que perseguir el origen de estos actos y con fuertes sanciones. No por más basureros estará la calle más limpia".

Una verdad como un templo.