La periodista Beatriz Talegón ha dado toda una lección de dignidad en Cuatro, durante su intervención en el programa 'Todo es Mentira'. Ni las faltas de respecto de personajes como la abogada españolista Montse Suárez o el politólogo italiano Euprepio Padula, ni los intentos de manipulación de las opiniones de Talegón, ni incluso la censura pura y dura de la presentadora Marta Flich le han podido hacer callar. Su mensaje ha llegado alto y claro a la audiencia de la cadena, un mensaje demasiado doloroso y vergonzante para el establishment español. Y por lo visto, para el grupo 'de aspirantes' a (no) presentarse a las elecciones del 10-N. Una vez visto cómo tratan las opiniones ajenas, mejor que nadie les pueda votar.
Talegón ha pronunciado un inmenso discurso, lleno de verdades como templos y que le ha leído la cartilla de lo lindo a todos los que se llenan la boca con el estado derecho, la independencia de la justicia y la proporcionalidad del castigo. La periodista ha dicho cosas como que "es una condena a 2 millones de personas", "es una vergüenza que las condenas al golpe del 23-F sean menores que a los líderes del procés" o "son penas desproporcionadas, lamentables y que sientan un precendete vergonzoso", y los tertulianos y conductores del programa han entrado en pánico. No hay otra forma de describir las interrupciones, la pésima educación y las bravatas de Suárez. Pero el clímax ha llegado cuando Talegón ha hablado del impacto internacional de la sentencia, y ha osado explicar el hashtag que ha sido trendig topic durante buena parte del día en Twitter: Spain is a fascist State (España es un estado fascista). Aquí ha comenzado el intento de linchamiento del programa, a través de un 'combo': manipulación y censura de su discurso. Han intentado hacer ver que era la propia periodista la que firmaba la frase, y cuando Talegón protestaba, la silenciaban de malas maneras.
A pesar de las maniobras del programa, Talegón no se ha dejado intimidar y ha seguido exponiendo las verdades incómodas que el unionismo mediático no quiere que se sepan.