Desde que el lunes Albert Rivera dijo adiós, todo el mundo ha dicho la suya. Arrimadas con lágrimas en los ojos. Arcadi Espada o Javier Nart con una sonrisa en los labios y sin desperdiciar la ocasión de ajustar cuentas pendientes. Los días pasan, pero todavía resuena la huida por patas de alguien a quien la política giró la espalda. Mientras el perrito Lucas busca quién lo huela a partir de ahora, mientras Rivera y Malú compran bocadillos en un bar de carretera, alguien muy próximo al exlíder de Cs, su expareja Beatriz Tajuelo, también ha analizado el fracaso político de alguien que se creía que se comería el mundo, cuándo lo único que se ha comido, a duras penas, ha sido la naranja de su partido. Y marchita.

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En una entrevista concedida a la revista Vanity Fair, quien fue su pareja hasta hace un año se muestra sorprendida de la renuncia de su ex, a pesar del descalabro electoral. La catalana se muestra abatida y asegura sentir "una gran pena ver en qué ha acabado el partido tras estas elecciones. Habrán acertado más o menos, pero ese partido está lleno de valor humano, de esfuerzo y de sacrificio. De eso sí que le puedo hablar y ese es el motivo de mi pesar". Tajuelo dibuja un Ciudadanos de anuncio de compresas donde lo único que falta es el 'sum, sum' y el "¿A qué huelen las nubes?": "Era un partido lleno de ilusión. Lo mejor de todo era ver a todos entusiasmados con lo que hacían. Nadie se quejaba de nada. Recuerdo cómo íbamos todos juntos de campaña en furgoneta". Como un grupo de música. Pero ahora ya nadie compra los conciertos de Rivera.

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Le preguntan más sobre Rivera. "Su relación con Rivera suscitó un gran interés en la prensa. Y lo mismo ocurrió con su ruptura. ¿Cómo lo ha gestionado?". Respuesta: "Fue duro al principio, fui digiriéndolo como mejor pude. Siempre conté con el apoyo de los míos, que supieron entender lo complicado del momento". Ahora, quien vive un momento profesional complicado es el partido naranja, con 10 escasos diputados en el Congreso. ¿Arrimadas puede reflotar el barco? Tajuelo tiene clara una cosa: "Tiene fuerza, mucha experiencia y conocimientos para liderar el partido perfectamente. Por supuesto también hay otros posibles candidatos cualificados. Aunque estaría bien que fuera una mujer la que liderase el partido, actualmente no hay ninguna en la primera línea política".

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La ex de Rivera se muestra preocupada por lo que pueda pasar al partido por el que siente simpatías y por lo que pueda pasar en España, con el ascenso de Vox ("me preocupa. Estoy muy en desacuerdo con los planteamientos de ese partido, en relación con la inmigración, los refugiados, los derechos LGTBI, la sanidad universal... ¡Los extremistas y los populistas no son buenos compañeros de viaje!") y la alargada sombra del independentismo: "La situación en Barcelona, en toda Cataluña en general, es muy preocupante y se ha generado un clima de crispación muy grande. Yo me siento española y catalana y creo que la riqueza de la diversidad de nuestro país es una de nuestras señas de identidad".