Belén Esteban es el personaje televisivo más conocido de España. A principios de los 2.000, Jesulín de Ubrique dio a conocer a una tímida joven con melena rubia. Se enamoraron. La de Paracuellos arruinó la vida de millones de féminas que estaban locas por los andares del famoso torero. No se casaron pero dieron a luz a una niña, la única hija de la tertuliana, Andrea Janeiro. A los pocos meses de su nacimiento, Belén la cogió en brazos una madrugada y huyó de Ambiciones harta del bullying que sufrió por parte de la familia del padre de su hija. Ahí empezó su aterrizaje en televisión. Para poder mantener a su pequeña aceptó la primera entrevista televisiva en ‘Tómbola’. Por primera vez habló de Jesulín de Ubrique, de su familia y de los problemas que existían entre ellos. Desde ese momento se ha mantenido 20 años en antena hablando de Jesulín y el resto de integrantes de Ambiciones.
Ahora Belén Esteban vive feliz. Totalmente recuperada de sus adicciones, enamorada de Miguel Marcos, su apoyo más importante, con su hija ya inmersa en el mundo laboral después de formarse en audiovisual con una carrera universitaria, y con una situación económica solvente. La colaboradora solo piensa en disfrutar de la vida. Cuando terminé ‘Sálvame’ tiene claro que no volverá a la televisión. Quiere pasar tiempo con los suyos, especialmente su madre, que aunque está bien de salud, cada día es más mayor.
Belén Esteban cambio radicalmente cuando dejó a Jesulín de Ubrique. También en el físico. A lo largo de estos años se ha sometido a varias operaciones estéticas. Se ha aumentado el pecho, se ha operado la nariz, y se ha quitado las bolsas de los ojos. "Mi autoestima ha mejorado. No tenía pecho, y ahora me pongo bikinis hasta de triángulo", ha reconocido.
La cirugía estética ha estado muy presente en su vida, y ha sido la primera vez que habla de sus retoques sin tapujos y fuera de Mediaset. "No me gustaba absolutamente nada, pero claro, hasta que empecé. Llevo puesto el pecho, que para mí es la mejor operación que me hice. Me operé la nariz y me quité las bolsas de los ojos", y asegura que gracias a estas intervenciones, "mi autoestima ha mejorado. Yo me ponía un bikini y no tenía pecho, y ahora me pongo unos bikinis que me los pongo hasta de triángulo”.
El tatuaje en homenaje a Jesulín de Ubrique
Pero ni con operaciones Belén Esteban ha querido desvincularse de su pasado. La colaboradora lleva una marca en la piel que le une todavía a Jesulín de Ubrique. Cuando estaba tan enamorada de él, se hizo un tatuaje del mítico toro de Osborne que se veía en todas las carreteras españolas. Aún lo luce orgullosa, aunque no esté orgullosa del padre de su hija. Se vio en una de sus últimas fotografías de Instagram donde celebraba el millón de seguidores en la red social como Dios la trajo al mundo.