Este verano de 2021 es muy particular en el universo 'Sálvame'. Tienen motivos. Es el primero sin una de sus compañeras más queridas y respetadas, Mila Ximénez. Su muerte, víctima de un cáncer de pulmón contra el que se ha resistido durante un año, ha sido impactante y muy dolorosa. Un final trágico que, a pesar de que las expectativas no eran nada esperanzadoras, nadie quería aceptar. El agujero que ha dejado la andaluza es notable, y desde que saltara la noticia, el pasado 23 de junio, no ha pasado un día sin recordarla y añorarla. La única nota positiva de su deceso es que ha conseguido bajar la tensión del plató de Telecinco, que vive una revolución y un conflicto permanente desde que en el mes de marzo estallara el caso Rocío Carrasco. El conflicto, reproches, enfrentamientos y distanciamiento de los colaboradores y presentadores ha sido radical. Y el fichaje de Rociíto por el programa, en el que su exmarido Antonio David Flores ha pasado de ídolo a villano a la velocidad del rayo, ha multiplicado la tensión. Cada día tenemos una batallla, ya sea pequeña, mediana o la madre de todas las guerras. Y las que están por venir.
El clima, ya lo ven, va de extremo a extremo. Y este fin de semana, lejos de las cámaras y los focos, hemos podido ver la parte más divertida y humana de algunos de sus integrantes. Gente que hace pocas semanas llevaban casco, chaleco y escopeta, ahora son todo paz y amor. Y desenfreno. Fiesta y de las locas. La líder, Belén Esteban.
La de San Blas ha aprovechado el domingo al máximo en compañía de colegas como María Patiño, Antonio Rossi o Belén Rodríguez, así como de otros miembros del equipo del show de Jorge Javier Vázquez. Una comida veraniega de hermandad en la que no ha faltado nada, especialmente en cuanto a la hidratación (había que combatir el calor y digerir bien el festín) y la música. En este apartado destaca la presencia de la catalana más universal de la actualidad y una de sus canciones más famosas... y en catalán: efectivamente, hablamos de Rosalia y el 'Milionària', tema que siempre se cuela en las celebraciones de Belén. La madrileña, más de derechas que Pablo Casado, hace una excepción en su españolismo militante cuando se trata de cantar el tema de su amiga más famosa. Bien, también lo "habla" si tiene que hacer publicidad de su gazpacho, precisamente el artículo que hace unos días la de Sant Esteve Sesrovires promocionó para sus 17 millones de seguidores en todo el planeta.
Sea como sea, la escena de Esteban dejándose la piel bailando al ritmo de Rosalia se volvió a repetir, en esta ocasión con 'cameos' de lujo, como el de Patiño (que acababa de llegar de presentar el 'Socialité') y Rossi. La que no se movió de la silla fue Belén Rodríguez: quizás ella es más de otros estilos musicales... u otros idiomas. Viéndolos así nadie diría que trabajan en uno de los platós más conflictivos de la televisión. Atención al comentario que ha soltado el modelo Jon Kortajarena, por cierto.
Rosalia hace milagros y amansa a las fieras. Sin embargo, no sabemos cuándo durará la paz y la sintonía de este grupo. 'Sálvame' no puede alimentarse eternamente del amor y el buen rollo: "fucking money, man".