Todos conocemos a Belén Esteban. Ha formado parte del paisaje mediático español desde hace décadas. Su relación con el torero Jesulín de Ubrique la convirtió en una estrella popular, sobre todo cuando la familia política le dio la patada y el novio se enredó con María José Campanario. De aquella relación surgió Andrea, una niña en medio de la guerra de sus progenitores. Durante años no supimos más de ella que el famoso "Andreita cómete el pollo": las imágenes estaban vetadas por Belén, que hizo célebre otra frase: "por mi hija MA-TO". Eso quiere decir enfrentarse a su exmarido, a los paparazzis, a los programas de televisión y al sur sum corda, si hace falta. Siente devoción absoluta por Andrea, de 21 años, que vive y estudia en Inglaterra para mantener una vida discreta y fuera de la prensa del corazón.
No sólo mataría por su hija: también se tatúa la piel. Una, dos, tres o las veces que sean necesarias. Y lo ha vuelto a hacer.
La historia de los tatuajes y Belén viene de largo: todos recordamos aquel toro de Osborne en la nalga que luce orgullosa cuando va a la playa. Quizás ya no esté tan orgullosa por lo que recuerda, pero allí lo tiene, y no ha hecho como Rocío Carrasco con el de Antonio David Flores. En cuanto al resto de diseños, muchos tienen que ver con Andrea. El primero fue un corazón enorme y el nombre de la niña, tapando uno anterior que no le gustaba. Recientemente se tatuó un anillo en la mano, imitando al que lleva Miley Cyrus, ídolo de la hija. Y he aquí que acaba de pasar por su dibjante de confianza, Keik Balcázar, y le ha pedido esculpirse el título de una canción de otro ídolo: Justin Bieber. Se ha escrito un 'Believe' en el antebrazo que significará mucho para ella, pero que resulta cutre. Se ve que Justin también lo luce, y eso mola mucho. La diferencia es abismal, pero también cierto que hasta es mejor que el resto que tiene repartidos por el cuerpo.
La obsesión de la tertuliana con las estrellas más seguidas por Andrea empieza a ser preocupante: de aquí a poco veremos el 'tra-tra' de Rosalia en su dermis. Al tiempo.