El expresidente italiano Silvio Berlusconi es la reencarnación de 'Papuchi', Julio Iglesias Puga, padre del famoso cantante. Tiene 83 años y cambia de novia más que los adolescentes hiperhormonados. No sabemos qué tiene este hombre que levanta pasiones entre las mujeres jóvenes, aparte de más operaciones estéticas que Letícia Sabater y un apetito sexual desmesurado, asqueroso e impúdico, como demostró con aquel famoso escándalo de las fiestas bunga-bunga con supuestas menores. Ha llovido desde entonces, pero el paso del tiempo no ha hecho disminuir la excitación del magnate y político, ni mucho menos. Silvio llena portadas en Italia porque tiene nuevo amor, una compañera de partido de 30 años de edad, Marta Fascina. Bien, por eso y porque la que hasta ahora era su chica, Francesca Pascale, de 34, se ha enterado por la prensa de que se había quedado soltera. Vaya, que ni en 'Mujeres, Hombres y Viceversa'.

Marta Fascina @mf9milan

Marta Fascina facebook

Diva e Donna Abc.es

La nueva compañera de Berlusconi, aparte de militar en Forza Italia, parecía predestinada a acabar con él. Hacer un repaso a sus redes sociales es como ver la carpeta de una escolar enloquecida con su ídolo. Ella, sin embargo, en vez de soñar con Francesco Totti o Justin Bieber, lo hacía con el veterano y turbio dirigente, 53 años más mayor que ella. Y ya lo tiene en el saco, ni que sea durante unos meses, hasta que Silvio se enamore de una más joven. La pareja ha sido pillada por la revista de cotilleo Diva e Donna saliendo de un hotel en Suiza. Su expareja alucinaba, y el revuelo ha sido mayúsculo. El 'playboy' hacía un comunicado a través del servicio de prensa del partido, dando por acabada la relación con Pascale, que se sorprendía al ver "a otra mujer paseando a mi perro". Se refería al animal peludo y de cuatro patas, claro. No se sabe, sin embargo, si Francesca se ha quitado un peso de encima. Todo podría ser.

Francesca Pascale perro @francescapascaleofficial

Berlusconi perro GTRES

Francesca Pascale Berlusconi @francescapascaleofficial

El eurodiputado Berlusconi es el más claro ejemplo del síndrome de Peter Pan llevado al extremo: cada día más estirado para quitarse años de encima, y cada vez con mujeres más jóvenes. Una afición que le ha traído más de un disgusto y problemas graves. Pero él es tozudo e inconsciente. Esperamos que la manía acabe, por el bien de todos.