No hay nada mejor que ir a tomar un café para conocer el talante de una ciudad. El ambiente, la limpieza, la forma en que van vestidos los camareros, la amabilidad... todos los factores son un reflejo que dan pistas a los visitantes de qué se pueden encontrar en el territorio. La necesidad de saber idiomas de un recepcionista en una población tan turística como Barcelona es un factor básico para que pueda atender a todas las personas que visitan el establecimiento. Inglés, francés, alemán, chino... son muchas las lenguas que se pueden escuchar en la ciudad de Barcelona y poder moverse a un lugar hablando en un idioma que medio dominas es esencial para mejorar la aventura. Todo el mundo ha ido de viaje y sabe qué es hablar en aquel medio inglés, medio idioma de signos que da vergüenza tan solo de pensarlo, pero bien, al final la gente se acostumbra a entenderse como puede. Si, a veces, ni los que hablan el mismo idioma se entienden, ya os podéis imaginar la dificultad en hacerlo en un idioma que desconoces.
"El cliente siempre tiene la razón" es una de las frases más repetidas por todos los jefes de establecimientos de cara al público. Normalmente, es el cliente quien escoge la lengua en que quiere hablar y en las primeras palabras, sin saber exactamente cuál es la lengua dominante de los dos, la gente se acaba entendiendo. Sin embargo, cuando una persona catalana entra en una cafetería en la ciudad de Barcelona, lo único que espera es poder hablar en su lengua para pedir un simple café. Aunque parezca una cosa básica, eso no le ha pasado a Berta Aroca y, mediante su cuenta de Instagram, ha explicado una situación catalanófoba del lunes por la mañana. Qué escena para empezar la semana... La influencer nos tiene acostumbrados a explicarnos su día a día y, hoy, sin excepciones, ha empezado a relatar qué estaba haciendo al salir de casa.
"La realidad es que no he hecho pipí desde anoche. Me estoy meando mucho. Me hace mucho daño todo y solo estoy buscando un sitio desesperadamente, cualquier cafetería...". Mientras habla, ve un establecimiento que la convence: "¡Ah mira! Esta es mona". Lo que parecía una solución de su problema cotidiano se convirtió en un episodio incómodo para la influencer. Minutos después cuelga otra historia: "Al final la he descartado porque pienso que tengo derecho a que me atiendan cuando pida un café con leche, con la leche muy caliente en catalán y no lo tenga que hacer en inglés, ni en castellano". Sin entrar en detalles de cuál ha sido la conversación dentro de la cafetería, Berta Aroca ha explicado su reacción. Realmente es fantástica, si una situación tan cotidiana como pedir un café le incomoda, que se marche. No ha podido hacer pipí, pero ha dado una lección.
"Un café con leche, con la leche muy caliente", no creemos que en castellano sea tan diferente como en catalán para no entenderlo. Ahora, si es el receptor quien no lo quiere comprender, el problema es bastante más amplio que conocer el catalán. Sin saber exactamente qué ha pasado, la poca amabilidad de los camareros, en estos casos, ayuda a tener reacciones como las que ha tenido Berta. Que los clientes se sientan cómodos es un aspecto clave para generar la fidelidad de los usuarios en una ciudad que está llena de competencia. La chica no ha querido mencionar la cafetería, también bien por ella por evitarse dolores de cap. Esperamos que en la siguiente haya podido ir a hacer un pipí tranquila y haya pedido su café con leche en catalán. Será por cafeterías en Barcelona.