Bertín Osborne está viviendo un nuevo baby boom con 69. Y sus boomers son pequeñas criaturas que llevarán su sangre, de manera más o menos directa. En un mes ha ampliado su familia con un hijo y una nieta. El primer bebé vino el 31 de diciembre pasado con una polémica bajo el brazo, el enfrentamiento con la madre y examante Gabriela Guillén y la negativa del presentador a ejercer de padre. No lo conoce y exige una prueba de ADN para, si acaso, pasar una pensión. La segunda bienvenida ha sido la de Violeta, segunda hija de Claudia Osborne. Ha nacido en el Hospital Ruber de Madrid, y en este caso el abuelo sí que se ha presentado en la clínica para tenerla en sus brazos.
El pasado viernes Gabriela ofrecía una entrevista bastante contundente en Telecinco, destrozando la imagen del cantante y detallando las formas que ha utilizado con ella durante todo el trance de su romance, embarazo y situación actual. La respuesta, la de siempre. Desaparecer. Cuando no le interesa, o no hay recompensa por medio, calla. Pero este mediodía no ha tenido más remedio que abandonar el escondite y presentarse en el centro médico, tras ser informado del parto de la mujer de José Entrecanales. Bien, ha tardado un par de días, quizás por recomendación de la propia hija, Claudia. El nacimiento fue el lunes, y el patriarca Osborne no ha pisado la habitación hasta este miércoles, coincidiendo con el alta de la madre.
Que Bertín Osborne se haya desplazado desde Sevilla a la capital de España para conocer a su nieta es especialmente doloroso para la esteticista paraguaya, y por doble motivo: podría haber aprovechado la estancia para demostrar un poco de humanidad con su hijo. De acuerdo, Osborne siempre ha hablado de él como un accidente, como algo que borraría de su pasado. No deseado. Incluso se ha desmarcado con el famoso test genético, poniendo trabas y obstáculos suplementarios, a pesar de haber asumido de facto la paternidad cuando el tema salía del horno. Confiábamos en un ramalazo de lucidez, en aparcar rencores y tener un detalle con un niño indefenso de menos de un mes de vida. También una manera de calmar a Guillén, juzgada y tratada como un trapo durante todo este serial. Pues no. Bertín no ha doblado visitas infantiles. De la Ruber, a casa.
El presentador no era la más pura expresión de la felicidad, ciertamente, cuando ha llegado al recinto. En el vídeo de la revista 'Semana' se le ve bajando del coche con chófer muy serio, sin atender a los fotógrafos ni a los medios, y accediendo al hospital con prisas. Su otra hija, Eugenia, se ha quedado hablando con el conductor para programar la recogida. Un marqués. Pero para marquesa, en el mejor sentido de la palabra, Gabriela: ella sí que ha tenido un gesto con Claudia, Violeta e incluso su ex: "Enhorabuena. Le deseo lo mejor", ha dicho a los medios de comunicación. Lo que no ha querido responder, sin embargo, es como se ha tomado el gesto del padre-abuelo. Que lo haya vuelto a humillar, a ella y a su hijo. Debe estar acostumbrada, pero siempre hace daño. Siempre irrita.