Bertín Osborne se convertirá en padre con 70 años, su séptimo hijo biológico. Su examante Gabriela Guillén lleva 6 meses y medio de gestación de una criatura de la que el cantante y presentador reniega, rechaza y no se hace cargo. Sus palabras aceptando la paternidad se han quedado en papel mojado, Norberto quiere una prueba pericial, un test de paternidad. Y como no la podrá hacer hasta después del parto, ha encontrado una excusa fetén para pasar olímpicamente de él y, lo que más le preocupa, de su madre. No quiere ver a Gabi ni en pintura, ni tan solo hablar con ella por teléfono. No existe, como de momento tampoco reconoce que el bebé tenga su ADN. La maniobra evasiva es clarísima, pero no soluciona el problema. El elefante sigue en la habitación.
Y molesta. A él, por descontado, a pesar de su bomba de humo, pero también a los otros hijos e hijas. Especialmente a aquellas que ya son adultas. Por ejemplo, la primogénita, Alejandra Ortiz Domecq, de 45 años. Está hasta el moño de las peripecias amatorias de su padre, le están amargando la vida. Los reporteros hacen guardia para freírla a preguntas sobre el tema, y sencillamente, la cuestión le asquea. La reacción que ha tenido esta mañana lo acredita con creces, de cada 4 palabras una era malsonante, o sobrada, o harta. La han pillado yendo al gimnasio y se le ha torcido el gesto, de pura vergüenza que sentía.
Alejandra buscando el coche en chándal y enfurecida, responde así al periodista: "Me tenéis tan harta de verdad... ¡Que no voy a decir nada, es que no vengáis! De verdad, a estas horas de la mañana tan temprano, salir así de mi casa y encontrarme con esto es que es un coñazo, tío. No puedo más. Además que es para preguntarme cosas que no son sobre mí". Tiene razón en parte, las preguntas tendrían que ir a su padre. ¿El problema? Dos. El principal, que Bertín está missing, habla a través de terceros. El segundo inconveniente, que las palabras que Paloma García Pelayo anunciando la decisión drástica de pedir una prueba de ADN insinuaban que había tenido lugar una reunión familiar para tomar una determinación colegiada. Un extremo que desmiente rotundamente: "Vamos a ver, que mi padre tiene casi 70 años, que mi padre decide él solito lo que hace con su vida y lo que no hace con su vida. ¿Tú te crees que le vamos a decir nosotras algo? ¿Crees que le vamos a decir nosotras lo que tiene que hacer?"
Alejandra Osborne, que tendrá un hermano y un sobrino al mismo tiempo (su hermana Claudia también está embarazada), acaba rematando la escena mandando a hacer gárgaras a la prensa "no vengáis más, que me ponéis de mala leche todo el día ya. Que es viernes tío, déjame en paz, ¿vale?", antes de subir el coche y dejar la única defensa clara de su padre: "Yo creo que lo haría cualquiera, ¿no?" Bueno, esta pregunta admite debate. Pero seguro que las respuestas también la sonrojan.
Alejandra Osborne habla alto y claro de la decisión de su padre de pedir las pruebas de paternidad a Gabriela Guillén https://t.co/MX0l3mspjX
— CHANCE (@CHANCE_es) October 6, 2023